Las apuestas se pagan
Fecha: 01/07/2023,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos
... ese gran dildo –la verdad no quería eso dentro mío–, si yo ganaba las cosas serían al contrario –todos estábamos asombrados y un morbo enorme se apoderó del ambiente, ya todas las pequeñas conversaciones que se mantenían se hicieron una, el silencio se apoderó del lugar en la que esperaban mi respuesta–. Yo pensé que era una broma, sería fácil vencer a Miranda en el billar jajaja, así que voltee con Mónica para ver si estaba de acuerdo, ella con un movimiento de cabeza me dijo que estaba de acuerdo, tal vez Jonathan te tenía ganas a Mónica y por eso esa apuesta, tal vez supo que Miranda y nosotros teníamos un pasado en común, y, quiso unirse al grupo, el chiste es que ahí estábamos a una mesa de billar de saber si eso ocurriría.
—Esta bien Miranda aceptó, pero, hay una condición.
—Cuál es?
—Si yo gano, antes de follarte, todos los que gusten de los aquí presentes te pueden meter mano o hacer lo que se les antoje. Y tú serás la que follaras a Jonathan –ahora yo sonreía, mientras ella ponía cara de susto.
—Aceptó –dijo– pero, debes darme ventaja yo no sé muy bien jugar al billar, déjame empezar la partida.
—ok, tu abres.
Todos se pusieron con expectativa alrededor de la mesa para ver el juego, nos dieron espacio para no estorbar.
Acordamos jugar un ocho, y enseguida acomodamos las bolas en la mesa. Miranda tomó una tiza torpemente para dejar su taco listo, acomodó la bola blanca, preguntando con la mirada si ese era el lugar correcto para abrir el juego, y ...
... se dispuso a tirar…
Abrió con un golpe seco, fuerte, como si supiera jugar, todos soltaron un grito de sorpresa menos Jonathan que sonreía por lo bajo, nos observaba pacientemente, yo me sorprendí un poco, pensé que no sabía jugar, Moni también noto como ella sabía lo que hacía, con el primer tiro cayeron un par de bolas rayadas y una más de las rayadas quedó en un tiro fácil que le señalé de inmediato, ella tomó mi consejo y con una facilidad sorprendente la metió en la buchaca –para ese entonces ya algunos decían que me ganaría entre risas cómplices –, augurando que me tragaría el dildo.
—voy por las rayadas
Con ese tiro le quedó de nuevo otra rayada a modo, se la señalé de nuevo y ella la vio, con maestría tomó el taco y metió una nueva bola.
–Sabes Fede yo también se jugar el billar, me encanta embaucar a la gente diciendo que no se, para ganar mis apuestas jajaja
—jajaja –todos reían de cómo me había engañado–
Vas a perder, escuché como la mayoría lo decía.
Miranda era una experta jugadora de billar y solo le faltaban tres bolas si contábamos la ocho. Le volví a señalar el tiro más fácil y ella lo tomó de nuevo –adentro, ya solo le quedaba una, Mónica estaba ya preocupada de que iba a perder, al igual de todas formas íbamos a disfrutar pero se disfruta más cuando sientes que ganaste–, solo quedaba una bola, volvió por la tiza, se apuntó, me puse tras de ella para ver el tiro que tenía, era el tiro más difícil de toda la mesa, me acerque a ella lo más ...