Los viejos se cogieron a mi esposa
Fecha: 02/07/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: JorgePietro, Fuente: CuentoRelatos
... seguía a mi lado sin moverse, enderezo la cabeza, bajo los brazos y lentamente comenzó nuevamente a cabalgar.
- Eso es señora, muéstrele como le gusta tener una verga en la cola, dijo mientras le empujaba su miembro bien adentro.
- Vení negro, siéntate ahí, le ordenó.
- Permiso señor, dijo Alfredo mientras pasaba hacia el otro lado de la cama sin sacarle los ojos de encima al cuerpo de mi esposa.
Ocupo la silla que era mía. Se desabrocho la bragueta y dejo asomar su miembro totalmente erecto a punto de estallar. Si las vergas de los viejos eran enormes, la de Alfredo era descomunal. No tan largo pero impresionantemente grueso. Comenzó a masturbarse con ganas.
- Mire como lo puso al negro señora, dijo Carlos.
Ana lo miro y su cara mostro más deseo. Comenzó a hamacarse y jadear con más fuerza hasta que le llego un nuevo orgasmo.
- Venga conmigo así el negro la tiene más cerca y la ve mejor, siguió Carlos.
Ana salto del miembro de Ricardo y se subió al de Carlos, que se lo introdujo en su vagina. Ella pego un pequeño gemido y empezó a saltar. Yo seguía parado en la puerta tratando de no perderme nada. Ahora Alfredo la tenía a unos centímetros. La recorría con los ojos de arriba a abajo.
- Sacate la ropa Alfredo, le dijo Ricardo.
Él le hizo caso y se desnudó totalmente. Tenía muy buen físico, bien formado y musculoso. Ana se quedó mirándolo un rato, le había gustado. Estiro su mano y comenzó a acariciarle la pierna. A los pocos segundos estaba ...
... masturbando la verga de Alfredo.
- Así me gusta señora, muéstrele lo puta que es, dijo Ricardo a la vez que me miraba sonriendo.
Ambos viejos habían tenido razón desde un principio, mi esposa era mucho más puta de lo que yo creía.
- Parece ahí y muéstrele bien el culo al negro, dijo Carlos señalando la ventana.
Ella se bajó de él y fue hacia la ventana. Se paró mirando hacia fuera con la cola bien parada. Ana estaba de nuevo haciendo lo que más la excitaba, mostrando su cola desnuda a desconocidos. Los cuatro nos masturbábamos.
- Dios, que pedazo de orto, exclamo Alfredo.
- Tremendo, dijo Carlos, que durante la noche había demostrado que le encantaba.
- Es una colita muy traga pijas, ¿no señora?, le preguntó Ricardo.
Ana asintió con la cabeza, le temblaban las piernas de lo caliente que estaba. Todo lo que le decían la encendía más.
- Permiso señor Pietro, dijo Alfredo.
Sin esperar mi respuesta se acercó a Ana y le palmeo fuertemente el culo. Ana gimió. Se lo acaricio un rato y volvió a palmearlo. Lo repitió varias veces hasta dejarle la cola toda colorada. Luego la puso de frente, la tomo firmemente del cuello, la miro a los ojos y le escupió la cara. Me pareció demasiado agresivo como para dejarlo continuar. Iba a intervenir, pero Ricardo me contuvo de un brazo, haciendo una seña para que esperara un poco.
- Te gusta duro putita, le preguntó el negro.
Ella lo miro a los ojos mientras con sus dedos tomo la saliva de su cara y la metió en su ...