1. La bragas sucias de Sajar


    Fecha: 07/07/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ese singular perfume que desprenden las vaginas de las hembras humanas. Ese olor a almizcle y suciedad, a orina y sudor, esa repugnante mezcla de inmundicias que me atormentaría para el resto de la vida.
    
    Restregué entonces, enloquecido, la tela sobre mi nariz intentando que el olor penetrara al máximo mis fosas nasales. Enseguida comencé a frotar la tela contra mi mentón, contra mis mejillas. Restregué mi barba y mi labios contra la mancha de fluidos aún con cierta frescura y viscosidad. Entonces la retiré a la vista de mis ojos e hipnotizado por la fragancia que entraba a raudales por mi nariz, saqué la lengua y me entregué sin ningún pudor a lamer con pasión directamente sobre la mancha de flujo blanquecino en la tela.
    
    Saboreé algo salado e intenso, parecido al sabor de los mocos; repugnante pero imposible de rechazar. Un segundo después volví a caer en cuenta de lo que estaba haciendo. Apreté la braga en mi mano derecha al tiempo que cerraba los ojos y expelía un bufido de animal herido. Entonces sentí vergüenza, miedo y culpa y me estremecí entero; pero con la siguiente inhalación aquella pestilencia a hembra se volvía a meter por mi nariz y entonces nuevamente volví a arder de deseo en mis entrañas.
    
    Regresé a tela a mi nariz y esta vez volví a olfatear la prenda por todos lados. Quiera descubrir todos los olores ocultos y entonces descubrí que el aroma variaba dependiendo de la longitud. En la parte superior de la mancha, donde anatómicamente la tela ...
    ... coincidiría con el pubis de nacar, un olor a sudor se confundía con retos de orina. Unos milímetros más abajo comenzaba un olor fuerte e intenso, algo parecido al almizcle. Supe entonces que aquel era el olor de la vulva y me deleite. Seguí más abajo y un nuevo olor apareció concentrado en un punto especifico. Inhale profundamente y comprendí que aquel olor especial concentrado en la parte inferior de la mancha debía ser el olor de su culo. ¡Qué asco! Pensé y me cuestioné sobre cuán perveritdo debía estar yo para estar olfateando con deleite un pedazo de tela con olor a culo sucio.¡Qué inmundo pecador era!.
    
    No me pude resistir más. Rápidamente saqué mi miembro encendido del pantalón y comencé a masturbarme con la prenda. Rocé entonces mi humedecido y palpitante glande sobre la blanquecina mancha y en mi mente imagine que aquel roce era directamente sobre la viscosa vagina de Sajar. Con el movimiento de mi mano los síntomas premonitorios del orgasmo comenzaron intensificarse, indicándome que en breve descargaría sin control toda mi perversión viril sobre esa tela.
    
    Fue en esa infernal fracción de segundo, un instante antes del orgasmo, cuando vino a mi mente el sepultado recuerdo de aquella advertencia que, hacia muchos años atrás y de manera incoherentemente espontánea, me había hecho el Padre confesor de la escuela.
    
    -Recuerda hijo, Asmodeo, señor de la lujuria, amo y soberano del segundo círculo del infierno, en donde castiga cruelmente a los culpables de lascivia y ...
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