1. El placer de una reina joven


    Fecha: 07/07/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    –Es solo que me parece una tontería competir por esto, mamá. –le dije a mi madre
    
    –¿Por qué? ¿Temes perder?
    
    –No, competir por quién se corre antes es tontería. Zendar aguanta más antes de correrse que Anyara. Anyara es una máquina de semen, nunca se agota.
    
    Madre e hija nos encontrábamos de rodillas, frente a Zendar y la esclava, yo con él y mi madre con la esclava.
    
    –Tu pon excusas, eso es que quieres perder.
    
    –Ya verás, menudo orgasmo voy a provocarle a Zendar.
    
    Me despojé de mi vestido, y lo eché a un lado. Quería que me viera en todo su esplendor. Ambas comenzamos a competir por las mamadas. No pusimos un premio, pero probablemente la perdedora tuviera que obedecer a la ganadora. Seguí con la mamada, pero me las arreglé para perder ante mi madre, por curiosidad y por ver los límites que ella tenía. Tinuviel acabó con los pechos y el rostro, todo lleno de semen. Arlaya se bajó a limpiarla de semen.
    
    –He conseguido que Arlaya se corra antes que Zendar del placer que le estaba dando. Tienes dos castigos, ir de aquí a mi alcoba estando desnuda o chuparle la polla a Zendar y Arlaya durante un mes completo.
    
    –Eres dura, mamá.–me imaginaba que me haría tener sexo con ella pero el castigo era más duro.–¿No puede ser otro? No voy a ir desnuda hasta tu cama.
    
    –Vale, cincuenta azotes en el culo y tú dices todas esas veces que eres una zorra, o darle mamadas a Arlaya y Zendar durante dos semanas. Si me pides que detenga los azotes, tendrás que hacer lo ...
    ... otro.
    
    –Castigarme por ser una zorra, o ser una zorra. Prefiero los azotes.
    
    –Una pena.–dijo Zendar
    
    Me puse a cuatro patas y ella comenzó. Me dió un primer azote, fuerte y yo dije que era una zorra. Así siguió dándome azotes más fuertes de lo que yo esperaba en el culo, y repitiendo la misma palabra. Aguanté hasta los veinte azotes pero comenzaba a parecerme una tortura y no iba a aguantar tanto así que tuve que sacrificarme y detener los azotes. Hice que Arlaya se acercase a mí, y comencé a darle una mamada. Acepté la derrota y le hice la mamada que mi madre quería que hiciera. Desde luego debían estar encantados con nuestros juegos. Jugué con su polla en mi boca, lamiendola y metiéndola hasta el fondo. Disfrutaba de tener la boca llena por su falo.
    
    Estuve con la mamada un largo rato hasta que finalmente sentí el semen de la hermafrodita Arlaya en mi boca. Mi Zendar y Tinuviel se besaban, y ya lo había puesto entre sus piernas. Yo me tapé los pechos con mis brazos, y me hice la indefensa. Cerrar mis piernas le dió el toque que necesitaba.
    
    –Esta elfa está indefensa. Necesito tu protección, mercenaria.
    
    Arlaya entendiendo que quería un juego de roles me siguió el rollo.
    
    –Déjame ver tus pechos, elfa.–agaché la cabeza–¿Qué necesitas?
    
    –Soy la princesa de un reino conquistado, y no quiero que me hagan daño. Por favor, protégeme y haré lo que sea por ti.
    
    –¿Lo que sea? Demuéstrame tu obediencia y quizás te proteja.
    
    En ese momento las dos esperábamos que yo hiciera una ...
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