1. Mi amiga vino para que le diera un masaje


    Fecha: 08/07/2023, Categorías: Hetero Autor: Fuhror, Fuente: CuentoRelatos

    ... un poco de crema para que quede mejor.
    
    Ella asintió sin decir nada y fui al cuarto de mis papás donde sabía que mi madre siempre guardaba una botella de crema para ella. Cuando abrí su buró, tomé la crema y regresé con Daniela.
    
    Ahora con la crema, mis manos se deslizaban con más soltura. Tocaba a Daniela apenas con la punta de mis dedos y notaba como su piel comenzaba a erizarse. En ese momento detecte un olor dulce, como de perfume. Sin poder resistirme, acerque mi rostro a su cuello mientras mis manos acariciaron levemente sus brazos. Sentí de nuevo como se estremeció y pude sentir como comenzaba a excitarme.
    
    Me retire y luego le dije:
    
    —Deberías acostarte, para que te pueda masajear toda la espalda.
    
    —Está bien —me dijo ella con una sonrisa.
    
    Me levanté para darle espacio en el sillón y me coloque en un pequeño espacio al lado de sus piernas para continuar con lo mío.
    
    Continúe masajeando sus hombros y fui bajando poco a poco por su espalda. Mientras lo hacía me deleitaba con su cuerpo. Con las manos abiertas le recorría toda su espalda, mis dedos agarrando el contorno de su cuerpo, mi excitación aumentó al sentir sus curvas, asimilándolas, al tenerlas entre mis manos.
    
    Continúe bajando hasta llegar hasta su falda, me detengo un momento al notar que mis manos habían pasado por su trasero, tocándolo, pero ella no había dicho nada, Tenía la cabeza apoyada en el reposabrazos y continuaba soltando ligeros gemidos de placer.
    
    Seguí hasta sus piernas, unte ...
    ... un poco de crema en ellas y las levante para poder rodearlas con mis manos por completo.
    
    —¿Servicio completo? —dijo ella riendo ligeramente.
    
    —Bueno, si lo voy a hacer, lo voy a hacer bien —le respondí.
    
    Masaje su muslo por completo y bajé hasta que finalmente llegue hasta sus pies.
    
    —¿Puedo quitarte los zapatos?
    
    En respuesta, ella alzó ligeramente el pie y con determinación le desabroche su calzado para quitárselo.
    
    Mientras volvía a subir hacia su espalda, me deleitaba con el contacto de su piel. Ella se estremecía ligeramente mientras más y más subían mis manos. Volví a pasar por su trasero, de nuevo ella no dijo nada. Cuando volví a subir por su espalda, apretaba la tela de su playera contra su piel para hacer que mis manos se sintieran mejor, pero de repente choqué contra su sostén y detuve mi avance.
    
    —¿Oye, te molestaría quitarte el sostén? Así podría masajear mejor toda la espalda. Tan sólo desabróchatelo si quieres, no tienes que quitarle la playera.
    
    —Claro —me dijo ella.
    
    Metió sus manos debajo de su playera y se desabrochó el sostén. Continuando mi trabajo, volví a masajearla por toda la espalda, pero de repente se me ocurrió una idea.
    
    —¿Oye... quieres quitarte la playera? Es que me estorba un poco. Es más, así te puedo poner un poco más de crema y puede que te guste más así y así no se ensucia tu playera.
    
    —Claro, no hay problema,
    
    Daniela se enderezó, aun dándome la espalda y se quitó la playera. Sin poder evitarlo, miré su reflejo en ...
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