Manchada por placer
Fecha: 09/07/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: NoeliaMedina, Fuente: CuentoRelatos
... Lento. Suave.
Y se ponía más duro.
Más caliente.
Más eufórico.
Gimió bajito.
Entonces, sin pensar en nada más, detuvo su mano de repente y lo hizo.
Le habló.
Apartó la mano de la polla que no había dejado de acariciar desde que había quedado maravillado con la imagen de su amiga ciberespacial, con esa lencería que parecía tan cara, pero que, lo fuese o no, lo que sí era enormemente erótica y provocativa. Decidió dar el paso vía mensaje directo.
—Hola. ¿No me digas que también estás sola una Nochevieja?
En cuanto le dio a enviar, no pudo evitar resoplar por los nervios y la excitación.
Su mano volvió al lugar que su mente le ordenaba mientras esperaba si la aplicación le avisaba de alguna buena nueva.
Valeria sonrió al ver su mensaje. Había conseguido exactamente lo que quería.
—No debería. Pero sí, lo estoy —le respondió.
—Si te sirve de consuelo, yo tampoco debería estarlo y lo estoy.
Ella le envió una sonrisa. Nada atrevido, nada que el chico pudiera malinterpretar, no obstante, sus siguientes palabras no acompañaron aquel gesto inocente:
—Ahora no lo estás. Nos tenemos el uno al otro. Lejos, seguramente, pero no estamos solos.
Pablo se quedó asombrado por la declaración de intenciones.
—¿De dónde eres?
Algo se le removió dentro cuando ella le confirmó que pertenecían a la misma ciudad.
A una hora y media del cambio de año, de volver a la casilla de salida del calendario, esa respuesta hizo que se le parara el ...
... tiempo.
Tenía que responder y no sabía bien cómo hacerlo.
Era la oportunidad de, no únicamente pasar la Nochevieja acompañado, sino de hacerlo con quien había conseguido despertar sus deseos más salvajes e íntimos cuando todo parecía perdido, y sin ni siquiera conocerla.
Se sintió muy excitado. No paraba de imaginarse recorriendo cada centímetro de las piernas de Valeria hasta dar con lo que escondía esa magnífica y sexual lencería que había mostrado en la red social.
—No vas a creértelo. Yo también.
Ansioso, esperó la respuesta.
Ella advirtió la casualidad.
O era el destino, se dijo, que lo había enredado todo para no verse aquella noche con Rober, su follamigo, o era un sicópata y se la estaba jugando.
Pero Valeria era mucho de jugar con fuego para no morirse de frío.
Sin más conversación, si más fotos, sin más nada, le envío la ubicación de su pequeña casa con un texto que decía «La puerta estará abierta. Entra. Solo una condición: no hables».
«¿Estará riéndose de mí?», pensó. No podía creerse que aquella mujer misteriosa de labios carnosos le hubiera mandado su ubicación.
Nunca había quedado con nadie de esa manera, pero las ganas y la emoción ante la posibilidad de follar con tal bella mujer, cuando minutos antes solo estaba en sus pensamientos mientras se acariciaba la polla por encima de la suave prenda que la cubría, lo hicieron aceptar el juego.
Una proposición que podía ser peligrosa, pero también convertirse en la mejor noche de su ...