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Siempre serás un cabrón (El cabrón: Parte 4)
Fecha: 11/07/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... tenía que morder la sábana para evitar que sus gemidos fueran audibles en el silencio de la madrugada. Un calambre recorrió su columna cuando el orgasmo le llegó. Intentó cerrar las piernas entorno a la cabeza de él que no dejaba de trillar el clítoris de su amante. El hombre se incorporó y dirigiendo la cabeza de su polla hacia la entrada del coño de Ana la penetró despacio. Pudo sentir la estrechez de su conducto vaginal casi virgen aún. Y la humedad caliente que desprendía cuando su polla avanzó con cierto esfuerzo hacia el fondo. La chica, abierta de piernas, echó su cabeza hacia atrás sintiéndose empalada por la polla del marido de su hermana. Ricardo comenzó a percutir, cada vez más rápido contra el coño de Ana. Ella le cogió por la nuca y le rodeó con sus piernas. Para evitar gritar por la follada le mordió el cuello a riesgo de dejarle una marca inexplicable. Cuando sintió que su cuñado aceleraba las embestía contra su coño y ante la inminente corrida, Ana le pidió que lo hiciese fuera. Ricardo, salió de dentro de la chica y se masturbó sobre ella. Varios chorros de leche caliente mancharon el cuerpo de su cuñada que se retorcía de placer pellizcándose los pezones… El sonido del timbre de su casa trajo a Ricardo de sus recuerdos. Segundos después aparecían por la cocina, su mujer y su hermana pequeña. Ana estaba embarazada de casi 7 meses y su barriguita era indisimulable. Su pecho había crecido considerablemente y se veía, al menos a los ojos del hermano ...
... de su mujer, tremendamente sexy. Como varios años antes, aquella noche, Ricardo tuvo un extraño sueño que le llevó a despertarse en medio de la madrugada. Sintió la necesidad de levantarse y esta vez no tuvo que oír ningún ruido para ir al dormitorio de su cuñada. Ana le esperaba: -Sabía que no te resistirías de venir a verme. –Dijo Ana entre susurros. Totalmente desnuda, permanecía apoyada sobre la pared y sentada en la cama. Una tenue luz en la mesita de noche le permitía ver como se acercaba su cuñado, también desnudo y con una tremenda erección. El hombre pudo admirar como los pechos de Ana habían crecido bastante. Ahora su aureola era de un color marrón más oscuro y sus pezones parecían más gordos. Su sexo no estaba rasurado y su barriga era redonda. Ricardo se arrodilló junto a la cama y Ana le ofreció su sexo: -Cómetelo cabrón, Cómetelo como hiciste aquella noche. Ricardo hundió su cabeza entra las piernas de su cuñada y comenzó una magnífica comida. Pasando su lengua caliente desde el ano hasta el clítoris para luego penetrarla y explorar cada pliegue de la mujer. Esta se retorcía de placer, con las piernas abiertas y pellizcándose sus gordos pezones de embarazada. El hombre aprovecho la gran cantidad de flujo vaginal para lubricarse dos dedos y masajear primero y dilatar después el ano de Ana: -¿Qué quieres cabrón? ¿Darme por culo? Siempre serás un cabronazo, hijo de puta. Ricardo se puso de pie y Ana se colocó muy cerca del borde de la cama a ...