1. Siempre serás un cabrón (El cabrón: Parte 4)


    Fecha: 11/07/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuatro patas. Acomodó su barriga con sus piernas un poco abierta, dado el avanzado estado de gestación, y colocó su cabeza en el colchón. De esta manera ofrecía al marido de su hermana una excelente visión de sus agujeros. Con las manos separó sus nalgas para que su cuñado pudiese ver el ano enrojecido y dilatado:
    
    -Vas a disfrutarlo cabronazo.
    
    Ricardo agarró las nalgas de su cuñada y acercando la cabeza escupió en el ano de la mujer. Después colocó el glande en el ojete de Ana y presionó. Sin apenas esfuerzo el esfínter de la mujer tragó cada centímetro de aquella polla que no le era desconocida. Un resoplido de Ana acompañó a un suspiro de Ricardo:
    
    -Joder, cabrón, que grande tienes la polla.
    
    -Qué guarra eres Ana. No respetas ni que tu hermana está durmiendo en la habitación de al lado.
    
    -Párteme el culo, joder. Haz lo que tu mujer no te deja, hijo de puta.
    
    Ricardo comenzó a bombear sobre el culo de su cuñada. Agarrado a sus caderas movía las suyas cada vez más rápido. La imagen era tremendamente excitante. En una habitación con una tenue luz, una embarazada era sodomizada por el marido de su hermana mientras esta dormía, ajena a todo, en la habitación de al lado. La mujer se agarraba a las sabanas aguantando las embestidas del hombre que se esforzaba en penetrarla cada vez más profundo. El hombre se deleitaba con el movimiento hipnótico de las nalgas de su cuñada cada vez que su pelvis olpeaba ...
    ... contra ellas. Se agarró bien a las caderas y, ahogando un grito, echo la cabeza hacia atrás y empujó todo lo dentro que pudo su capullo para correrse abundantemente en las entrañas de la mujer.
    
    Ana sintió como se le rellenaba de leche caliente sus intestinos. El marido de su hermana le había dado por culo hasta correrse dentro de ella. Sentía como el capullo de Ricardo estaba incrustado muy dentro de su recto provocándole escalofríos a medio camino entre el dolor y el placer.
    
    El hombre se salió con la polla todavía dura y con las últimas gotas de semen saliendo del capullo, cayó rendido en la cama boca arriba. Con mucho más esfuerzo y dolorida, Ana se puso de pie. Andando con trabajo fue al baño para limpiarse los restos de semen de su cuñado que salía del ano y resbalaba por las piernas.
    
    Unos minutos después la mujer volvió a aparecer por el dormitorio. Ricardo la esperaba tumbado en la cama. El desnudo de la hermana de su mujer era realmente bonito. Sus tetas habían crecido de tamaño por culpa del embarazo. La barriga le daba un punto de belleza inexplicable. Su coño aparecía totalmente cubierto por una fina capa de rizos negros. Esa naturalidad con la que se mostraba le dio un morbo especial a la situación para Ricardo que se levantó y fue al encuentro de Ana. En medio de la habitación, los dos cuerpos desnudos se abrazaron y se fundieron en un morboso beso. Ricardo se despidió y se acostó junto a su mujer. 
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