1. El Asesino


    Fecha: 12/07/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... aquí, por lo menos.
    
    -De aquí no sale nadie hasta que no terminemos.
    
    La hicieron desnudarse delante de todos, a pesar de la insistencia en los ruegos para que sacasen de allí a su familia, que ella iba a colaborar de buen grado, pero se negaron y le hicieron pasar la vergüenza y humillación de tener que sufrir todo delante de nosotros.
    
    Una vez desnuda, el vecino se le acercó, la tomó del pelo y la hizo corresponder a su beso, dándole una fuerte bofetada al no hacerlo. Entre tanto, los cuatro milicianos se fueron desnudando.
    
    Cuando se cansó, hizo que lo desnudase a él, empezando por la parte superior y terminando por los pies. Cuando, arrodillada, terminó de sacarle las botas y pantalones, le ordenó que le hiciese una mamada para ponérsela bien dura.
    
    Tenía una polla desmesurada. Los años transcurridos y la edad no me permiten recordar las medidas aproximadas que debía tener, pero a mi madre solamente le cabía en la boca menos de la mitad.
    
    Comparando con mi polla de 22 cm y por la experiencia, calculaba que tendría unos 30 cm. Extremadamente gruesa y venosa.
    
    Estuvo intentando metérsela más, pero solamente consiguió toses, arcadas, algún vómito y puñetazos al sentirse asfixiada.
    
    -Traga, puta. ¿Es que tu marido tiene una mierda polla? Trágala toda si no quieres que cambie a otra. -Le decía señalando a mis hermanas
    
    Ante esas amenazas, ella lo intentaba con más interés, pero era demasiado grande y gruesa para tragarla toda de principio. Al fin desistió. ...
    ... La sentó en el borde de la mesa y dos de los milicianos, desnudos ya y con sus pollas totalmente duras, tomaron sus cinturones y forzaron sus piernas, doblando las rodillas y sujetando los muslos y pantorrillas juntos, con ellos.
    
    Yo me encontraba en el lado donde habían puesto a mi madre y fui testigo directo de todo lo que le hicieron. Vi a mi madre totalmente desnuda, con las piernas abiertas en posición forzada, con el culo en el borde de la mesa y sin poder apoyar los pies en ningún sitio, su coño cubierto por una abundante mata de pelo, sus tetas grandes y caídas y su cuerpo bien conservado, con algo de tripa y anchas caderas.
    
    Era la primera vez que veía una mujer desnuda al natural. Las había visto en algunas revistas que mis amigos cogían a sus hermanos mayores y que mirábamos en grupo comentando las imágenes con frases cuyo significado no comprendía entonces, pero que había oído muchas veces a los mayores.
    
    Dos de los milicianos la tomaron de las manos para sujetarla, al tiempo que la obligaban a masturbarlos. Otros dos chuparon, mordieron y retorcieron sus pezones, haciéndola gritar de dolor.
    
    -ZASS. ZASSS No grites todavía, puta. Guarda fuerzas para más adelante, que las vas a necesitar.
    
    Dos bofetadas del vecino más la frase, añadieron lágrimas a los gritos de dolor.
    
    Mi padre, mis hermanas y yo, cerramos los ojos para no ver la escena, pero una seca y amenazante orden del jefe hizo que los abriésemos y observásemos todo, eso sí, con los ojos llenos de ...
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