Madre e hija (Parte I): Atrapando a Daniella
Fecha: 14/07/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Alonso1102, Fuente: CuentoRelatos
... decir dónde encontrar una ferretería. Me he quedado sin luz y necesito comprar algunas cosas.
-Claro bajas y te vas por la izquierda... espera un momento.
Se dio vuelta y llamó a su hija. Aproveché para darle una mirada completa, Su cola también era grande y redonda.
-Dani, hija, acompaña al vecino a la ferretería.
-¿No está grandecito como para que lo estén llevando? -se escuchó desde una habitación
-Hija, que forma de responder.
-Estoy en una video llamada muy importante. -agregó Daniella.
-No se preocupe, sólo dígame como llegar. -le dije a Elizabeth.
-Qué pena con usted -me dijo llena de vergüenza.
-No se preocupe, no es nada.
-No, ya sé, espéreme unos minutos para cambiarme y yo lo llevaré -me dijo a la vez que me hacía el gesto para que pase.- Siéntese que ya salgo.
Pude apreciar como movía sus caderas a cada paso que daba. A los pocos minutos regresó y ahora vestía unos pantalones jeans apretados que demarcaban sus caderas, y su cola. Se puso un top blanco y encima una blusa roja a cuadros sin abotonar dejando a la vista el canalillo de que formabas sus muy generosos senos.
-Listo, vamos.
-Ok, ¿seguro que no es mucha molestia?
-Para nada. Vamos. -me dijo
Bajamos y fuimos caminando, resultó ser muy conversadora. Me contó de su esposo, sus continuos viajes y los problemas que tenía con la educación de Daniella, de lo rebelde que se había puesto luego de la partida de su amiga.
-Debería salir con otros amigos. O tal vez que ...
... se una a una academia de teatro o baile, lo que le guste -le comenté.
-Es una buena idea -me respondió -mañana mismo buscaré donde inscribirla.
Demás está decir que fue la atracción del público masculino en todo el trayecto de ida y vuelta. Los hombres que encontrábamos en el camino no dejaban de mirarla e imagino que no le lanzaban piropos porque estaba conmigo aunque yo también aprovechaba cada oportunidad para admirar sus atributos. Regresamos al edificio y al abrir la puerta del ascensor le dije:
-Gracias por ayudarme -le dije.
-No es nada, al contrario me cayó muy bien tu compañía -me dijo con una sonrisa.
-Voy a arreglar la conexión antes de que sea más tarde.
-Te ayudo si gustas.
-Ok. Gracias. -le dije mientras abría mi puerta y le hacía pasar.
En realidad no necesitaba ayuda, pero la oportunidad de seguir admirando ese monumento no la iba a dejar pasar. Pasamos a oscuras, me ilumine con la linterna de mi celular hasta llegar a la cocina donde estaba la caja de la electricidad.
-¿En qué te ayudo?
-¿me iluminas con la linterna del celular?
-Claro.
Debido a que el espacio era un poco reducido me acomodé como pude para hacer las reparaciones en el tablero pero fue inevitable mantener una distancia prudente por lo que al levantar mi brazo para usar el desatornillador, mi codo golpeó uno de sus senos.
-¡Epa! -exclamó a la vez que se tomaba el pecho golpeado.
-Discúlpame, fue sin querer, es por el poco espacio.
-Está bien. -dijo ...