Aventuras en playa del Carmen (4): Destrozada
Fecha: 16/07/2023,
Categorías:
Anal
Autor: LennyPrat, Fuente: CuentoRelatos
... aquí.
—¡Cojamos aquí, ya!
Puse a Tiago a pensar mucho dónde hacerlo, incluso me sugirió los hoteles que estaban a la vista, pero yo quería algo más atrevido, así que lo tomé de la mano y corrimos hacia un muelle de concreto. Era algo tarde y ya no había mucha gente, por lo que mi idea de follar en un estrecho hueco debajo del muelle no era tan mala idea.
El lugar se prestaba para que él se pudiera sentar y yo me pudiera poner de rodillas frente a él, le bajé el short y el bóxer para verle su enorme polla negra y comencé a chuparla rápido, sin omitir unas pasadas de lengua a lo largo de ella, desde sus huevotes hasta la punta. La tenía tan gruesa que abarcaba gran espacio de mi cavidad bucal a lo ancho y no me atreví a mamársela a profundidad, pero sí lo estimulé mucho de su glande.
—¿Tienes apretado tu coñito? —preguntó al mismo tiempo que estiró su brazo, alzó mi minifalda, hizo a un lado mi tanga y hurgó en mi concha, mientras seguía comiéndome su pene.
—¡Ay! Poquito, pero tu verga me lo va a expandir mucho.
—¿Y tu ano?
—¡Uy! Ese no lo han estrenado.
Su pregunta me hizo sentir nerviosa, pero ansiosa por recibir mi primer anal con él. Amé cómo me estaba dedeando la concha con inserciones veloces de su dedo medio, provocando que me levantara un poco. Fue así como me senté en sus muslos y me metió su vergota en mi coñito, lo cual hizo que pegara un grito fuerte y buscara su boca para besarla y morder sus labios de lo doloroso pero extremadamente rico ...
... que sentía.
—¿Te gusta, Nicole?
—¡Ahhhh! ¡Ay, Tiago, me encanta! ¡La tienes gigante y muy dura! ¡Mmmm!
Traté de propinarle sentones, pero había un estorbo y era que al brincar, mi cabeza tocaba la cubierta del muelle. Intentamos invertir la posición, ahora yo dándole la espalda y fue mucho más placentera, pero siguió siendo incómodo a la hora de brincar por no tener un soporte adecuado donde apoyarme, además de que ya había oscurecido afuera y el agua del mar ya nos llegaba a los pies.
Rápidamente salimos de debajo del muelle, pero justo a la salida, aprovechando la oscuridad, le bajé el short otra vez a Tiago y saqué su verga a través de la abertura de su bóxer.
—Métemela —le dije sensualmente después de darle la espalda, alzarme la falda y hacerme a un lado la tanga—. Rodéame con tus brazos y no me sueltes ni me la saques.
Tiago hizo lo que le pedí y así caminamos por la avenida que partía del muelle en busca de un lugar dónde continuar follando. A cada paso que dábamos sentía su pene frotándose dentro de mi vagina y yo me mordía los labios del placer que estaba experimentando, resistiendo las ganas de correrme.
Sin embargo, mis piernas comenzaron a temblarme y llevé a Tiago hacia donde había pasto y un montón de arbustos donde me dejé caer, me hice bolita y me tallé mi clítoris hasta correrme demasiado rico, como nunca antes me había venido, pero tuve que taparme la boca para que mi grito no se escuchara públicamente. Tiago solo se quedó mirándome y una ...