La mamada travesti más deliciosa de mi vida
Fecha: 17/07/2023,
Categorías:
Transexuales
Autor: GenovevaSexy, Fuente: CuentoRelatos
... vez, mi primera verga, sería mi primera mamada y quería disfrutarla sin temor. Me abandoné al deseo. Mientras levantaba con la mano su miembro, bajé a sus testículos y saqué la lengua para lamerlos. Primero el derecho: por debajo, lenta, suave y delicadamente. Succioné su testículo y él emitió un gemido de dolor. Luego, el izquierdo. Me tomé un buen tiempo en mamarlo bien. Ahora venía el plato fuerte: Bajé lo más que pude y localicé la línea que divide los dos testículos, muy despacio la recorrí hacia arriba hasta que llegué a la base de su miembro. Lo recorrí largamente hasta la cabeza, aun cubierta por su prepucio. Descapoté su miembro que ya estaba erecto y recorrí la circunferencia de su glande enjuagándolo con saliva caliente de mi lengua. Luego, bajé nuevamente por un costado de su verga, me sentí una leona mordiendo el cuello de su presa, en este caso un búfalo fuerte que pronto comenzaría a embestirme. Subí de nuevo, llegué a la cabeza calva de su pene, era suave, lisa, rosada y caliente. La lamí con movimientos circulares espirales de mi lengua hasta llegar al agujero de su punta y allí la metí. Sentí su sabor salado, sabor a hombre y el vapor y calor que irradiaba su pija a mi cara y boca. Como a una mazorca lo recorrí todo hacia abajo por el lado izquierdo, disfrutando todo el cuello de su verga ya dura y vigorosa.
Subí de nuevo por el frente y esta vez al llegar a la cabeza abrí bien la boca y comencé a disfrutarlo como a una gran bola de helado ...
... caliente. Metí solo su cabeza y su glande estaba a la altura de mis dientes. Era enorme y casi no me cabía. Cerré un poco la boca y lo chupé succionándolo. Él gemía de placer. Puse mis manos en sus nalgas y lo empujé a mi para sentir todo su miembro en mi boca. Lo saqué despacio, luego otra vez y otra hasta llegar a su punta y luego adentro.
Me acomodé y poco a poco introduje toda su hermosa y caliente verga en mi boca. Despacio, con la lentitud de una jeringa que inyecta una vitamina al cuerpo. La metí más y un poco más hasta que su punta tocó mi paladar. Mi lengua extendida saboreaba a lo largo y ancho todo aquel manjar. Arqueé mi garganta como pronunciando profundamente una letra o, y sentí todo su miembro en mi ardiente boca llegando hasta mi garganta. Controlé el reflejo de la náusea. Lo deseaba todo. Su glande masajeó mi glotis. Lo saqué hasta su punta a la cual eché saliva y nuevamente la engullí, despacio, lento, una y otra vez mamé hasta mi garganta esa verga hermosa que me hacía sentir lo mismo que los travestis que justo en ese momento acababan su leche entre ellos en la televisión.
Aceleré el ritmo. Sus manos me empujaban la cabeza violentamente para que tuviera todo aquel pedazo de carne bien metida en mi boca y de nuevo hacia afuera. Fue más rápido, y más; y más; y más. Él perdió el control. Gritaba, gemía sin cesar. Aderecé la forma en como mis manos saboreaban su cuerpo y su piel, pellizcando con la derecha sus tetillas y con la izquierda apretando sus ...