1. Mi hija y el messenger: Cosas de familia (Parte 2)


    Fecha: 18/07/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos

    ... tocarme… ama.
    
    - Te permito que te quites la blusa solamente. No puedes quitarte nada más. ¿Entendido?
    
    - Si, mi ama. – Pamela se despojó de su blusa de nuevo quedando con su pantalón y aquel hermoso sostén rosa. Se apreciaba que sus pezones pugnaban por asomarse por arriba de esa prenda y su respiración se agitaba en el asiento.
    
    - Tócate la piel de tu vientre, perrita caliente…
    
    - ¿Así ama? – Pamela deslizó su mano por su abdomen, hasta llegar al borde del pantalón sin atreverse a ir mas allá donde su cuerpo le pedía satisfacción.
    
    Asi, perrita. Eso, que se te erice la piel. Lo estás haciendo muy bien. Casi te has ganado el derecho de quitarte el sostén…
    
    - Mmhh deja que me lo quite, por favor ama. – Su voz ya era un ruego en toda la forma. La sentía como se agitaba en el asiento, sin poder controlar los movimientos de su pelvis.
    
    - Quiero que te pellizques por debajo de las tetas. Quiero que sientas un dolor suave y placentero recorrer tu cuerpo…
    
    - Ahhg,.. Agggm, qué rico…
    
    - Ahora la otra, ¿te gusta la sensación?
    
    - Si, ama. Me gusta, mucho – Pamela se pellizcaba sus senos dejando unas marcas cárdenas detrás de sus dedos.
    
    - Quítate el sostén. Te lo has ganado. Dame las gracias.
    
    - Sí ama. Muchas gracias. – Pamela se quitó el sostén con nerviosismo. Sus dedos trastabillaron al tratar de soltar las pequeñas hebillas de la prenda, pero al fin logró su cometido.
    
    - ¿Quieres acariciar tus tetas? – Le preguntó Patricia con voz demandante. Había ...
    ... adoptado por completo su papel y le hablaba muy cerca del oído con esa voz baja pero que con un dejo de autoridad.
    
    - Si, ama. Quiero que me acaricies las tetas, quiero ser tu perrita. Haz que me venga, por favor…
    
    - Necesitas ganarte el derecho de acariciarte tus tetas, perrita. ¿Qué estás dispuesta a hacer?
    
    La voz que brotó de la garganta de Pamela, era gutural, distinta, casi un rugido animal cargado de deseo.
    
    - Lo que tú quieras ama.
    
    - Lo que yo quiera… ¿estás segura, perrita?
    
    - Ssi, si lo que quieras.
    
    Patricia le dio de pronto una sonora bofetada. Los ojos de Pamela se llenaron de lágrimas inmediatamente, pero se quedó callada.
    
    - A ver si así aprendes a llamarme ama, perrita desobediente. Ahora te puedes tocar las tetas, duro pero solo un momento hasta que yo te diga que pares.
    
    Como un sediento llegando a un oasis, Pamela sujetó sus senos con ambas manos y se las estrujó con ansía, gimiendo incontrolable mientras lo hacía. Cuando el contacto no fue suficiente, presionó sus pezones con la yema de sus dedos y sus gemidos crecieron en intensidad. Su cuerpo se empezó a convulsionar sin control cuando Patricia dio la orden de parar.
    
    Pamela siguió acariciándose sin hacer caso, absorta en sus propias sensaciones.
    
    Patricia dio un grito que retumbó por toda la casa.
    
    - ¡QUE PARES TE HE DICHO, PUTA MALNACIDA!
    
    A regañadientes, Pamela paró cuando estaba a punto de colapsarse en la silla con una vorágine de sensaciones recorriendo todo su cuerpo y ...
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