Las Audiciones - Relatos Eróticos

Las Audiciones

... del asiento para no oscurecer su visión.

.-Excelente, ¿por qué no te reclinas un poco hacia atrás?

Me dejé caer de espaldas contra el banco.

.-Oh, eso es muy bueno... puedes cogerte los pechos con ambas manos ... eso es... wow esos pezones se ven fantásticos... ¿te gusta apretartelos...? ¿por qué no lo haces ahora… mantente así... fantástica foto. ¿Sabes creo que quedaría muy bien, si levantaras una pierna sobre el asiento... eso es... mírame, a la cámara... increíble. Ahora pon una mano sobre la rodilla... sí, así... y deja tus piernas abiertas de par en par... beautiful... mantente así mirando a la cámara. Ahora quiero que te tapes el coño con una mano.

Me agaché y envolví mi coño con una mano. Después de haber sido incapaz de tocármelo, la sensación era eléctrica. Mis ojos se cerraron cuando luché por mantener el control. Era consciente de los disparos del flash no cesaban. Cada leve movimiento de mi mano creaba olas de sensaciones que inundaban todo mi cuerpo. Traté de no mover los dedos pero me sentía tan bien tocando la suave piel de los labios de mi coño que poco a poco mi dedo medio se hundió dentro de él. Cuanto más profunda era la penetración más perdía el control, hasta que ya me faltaba poco para alcanzar el orgasmo.

No sé cuánto tiempo había jugado con mi coño, pero me di cuenta de que me estaba metiendo rápidamente dos dedos dentro rítmicamente, mientras frotaba vigorosamente mi clítoris con la otra mano. Pude oír como Pablo seguía tomando las ...

... fotos y sabía que no había ninguna duda, me iba a ver en mi clímax, me iba a correr a escasos centímetros de su cara mientras capturaba cada detalle de mi coño tragando mis dedos empapados. Eso fue todo lo que necesité para estallar. Las olas de placer se convirtieron en un tsunami que estalló en mi interior como uno de los más poderosos orgasmos que he tenido.

No podía moverme, mi cuerpo se retorcía por las réplicas del post-orgásmica. Al regresar a la realidad, Pablo continuaba fotografiando mi cuerpo tumbado sobre el asiento. No podía dejar de decir lo fantástico que había ocurrido, lo hermosa que era.

Con el tiempo recuperé la energía suficiente para sentarme. Pablo conectó la cámara a su ordenador portátil y me llamó para ver los resultados. Yo no tenía nada para taparme y así desnuda, de pie junto a él consciente de la humedad que resbalaba por mis muslos empecé a verlas. Había muchas fotos, se veían muy bien y algunas de ellas no me podía creer era yo. Pero podrás verlas por ti mismo. Pablo va a elegir las mejores y me las enviará”.

.-No me jodas. Kate, esa es la historia más caliente que he oído nunca. ¿De verdad pasó eso?

.-Sí... lo verás cuando lleguen las fotos. -ahora tenía un pie en el salpicadero y su vestido amontonado alrededor de su cintura mientras sus dedos trabajaban dentro de su coño.

.-¿El fotógrafo trató de… ya sabes, tocarte?

.-No, Pablo es un profesional y un caballero... aunque, cuando estábamos mirando las fotografías en el ordenador ...