1. Con mi compañera de trabajo se liberaron nuestros deseos


    Fecha: 24/07/2023, Categorías: Infidelidad Autor: John18, Fuente: CuentoRelatos

    ... sorprendió que no objeto absolutamente nada. Entramos a la habitación y tan pronto como cerré la puerta empecé a besarla.
    
    Enseguida de eso, ella empezó a tocar mi verga por encima de la ropa, yo la besaba y le acariciaba todo su cuerpo, al tiempo que iba quitándole cada una de sus prendas, hasta que logré desnudarla de la cintura hacia arriba. Después de tantos años, por fin tenía ese par de tetas frente a mi, totalmente dispuestos para lo que yo quisiera. Besaba su cuello, su boca, sus pechos y su espalda, ella no hacía más que gemir y tocar mi verga, hasta que por fin desabrochó mi pantalón y empezó a masturbarme.
    
    Cuando los dos quedamos totalmente desnudos, empecé a tocar su vagina, jugueteaba con sus labios y recorría cada rincón de su sexo. Aunque ya estaba bastante lubricada y su vagina estaba dilatada, no la masturbé hasta que ella misma tomó uno de mis dedos y lo metió. Ardía en placer. En un momento retiré mi mano y chupé el dedo que le había metido, saboreando sus jugos que liberaban ese olor que nos vuelve locos. Esa acción la prendió aún más.
    
    Cuando ya mi verga estaba que explotaba, me senté en una silla y la senté sobre mí. Al principio ella ...
    ... solamente se frotaba sobre mi verga caliente y dura, pero tan pronto como empezó a frotarse con más fuerza y rapidez, la penetré sin haberlo pretendido. Sus gemidos eran cada vez más altos y yo solamente disfrutaba de esa vagina lubricada, caliente y suave. En esa posición nos quedamos y yo aproveché para besar, lamer y darle unas pequeñas mordidas en sus tetas, unos ligeros rasguños en su espalda y sus nalgas. Cuando ella aumentó aún más el ritmo y empezó a gritar sentí como mi leche subía por todo mi pene, anunciando que pronto vaciaría todo sobre ella, así que para disfrutar más el momento le apreté los senos y me agarré de ellos para lo que se venía.
    
    Finalmente me liberé y cuando ella por temor se quiso quitar, yo la tenía tan agarrada de las tetas que no le quedó más que moverse un poco más y disfrutar de mi semen caliente que escurría por sus piernas. Nos quedamos un rato más en esa posición y yo la empecé a besar y acariciar tanto como al principio.
    
    Por fin se había consumado el deseo y ahora podía decir que tenía una amante con quien disfrutaría más las horas de trabajo.
    
    Ese fue nuestro primer encuentro, seguro pronto vendrán más y seguro también se los contaré. 
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