La vida de Sandra (Cap. 10) - Relatos Eróticos

La vida de Sandra (Cap. 10)

Llegó el Ama cansada del trabajo y encontró a su esclava personal ejercitando su habilidad de actuar también como una domina, la esclava que sobaba los pies de su Ama Sandra corrió de inmediato a besar los pies de su Alteza permaneciendo así mientras no se le indicara realizar otra acción. Sandra saludó a su Ama con el mismo respeto acostumbrado aun cuando ya gozaba un poco de libertad en la manera de hacerlo.

Sandra comentó que ya se había apropiado de las cuatro taradas que le hostigaban el año anterior, el Ama dijo ahora no Sandra, platícame después, por el momento vengo muy cansada. Sandra estaba ansiosa de contarle a su Alteza como fue su día por lo que dio la orden a la esclava que le besaba los pies a su Alteza le fuera a servir como masajista y a la otra zorra que le abanicara, de esa manera mientras su Alteza descansaba ella podría contarle el triunfo de esa mañana.

Al llegar Sandra al salón del trono se inclinó a los pies de su Ama, fue entonces que se le permitió hablar. Su Alteza preguntó a su esclava y ahora también alumna en el arte de dominación como le fue en su primer día de universidad usando a sus nuevas perras. Sandra empezó contándole que al llegar al campus las perras le abrieron la puerta del auto y que enseguida le besaron los pies dándole la bienvenida para después cargarle sus útiles. Empezamos mis perras y yo a atravesar el patio cuando las otras dos amigas de ahora mis perras se acercaron a tratar de torturarme Ama, pero me bastó chasquear ...

... los dedos para que mis inútiles saltaran sobre de ellas y les dieran una paliza defendiendo a su nueva dueña

Les aclaré que ahora los papeles han cambiado y que si no desean recibir otra golpiza deberían rendirse a mí pero ellas rieron y al ver que sus amigas les iban a golpear de nuevo decidieron unirse a mí y ahora tengo a todas a mis pies.

Hoy la estancia en el campus fue maravilloso, evité toda molestia que antes debía soportar como perder tiempo en ir a comprar mi comida. Ahora mande a dos de mis esclavas y al regresar ellas me sobaron los pies mientras que las otras dos me abanicaron mientras disfrutaba de mi almuerzo durante el descanso y en clase nadie se podía acercarme a molestarme porque mis perras las apartaban enseguida y ya de regreso cargaron de nuevo mis útiles y de camino al auto me llevaron cargada a cuatro manos.

Su Alteza dijo “Sandra no cabe duda que tienes UN DON para domesticar a toda persona que tu desees tener a tus pies, te felicito”, Sandra agradecida inclinó su cabeza hasta llegar a nivel de los pies de su Ama y así poder besárselos agradeciéndole la apreciación que tenía acerca de ella.

El poder de Sandra creció en el campus, las cosas que antes eran casi imposibles al ser tímida, ahora lograba todo con tan solo chasquear los dedos para que sus cuatro esclavas se encargaran de resolver el problema y así llevarle lo deseado a su dueña. Sandra estaba pasando de ser una chica tímida e insegura a ser poderosa y conseguir lo que ella decidía ...