1. La vecina hija del pastor


    Fecha: 03/08/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mi nombre es Lucio, y por aquel entonces tenía 59 años de edad, casado y padre de tres hijos, siendo dos de ellos mayores de edad, salvo una hija, que tiene 18 años, la cual vive con mi esposa y conmigo en un chalet en las afueras de la ciudad donde resido. Trabajo en una empresa industrial, pero últimamente solicite la jubilación parcial, y trabajo solo por las mañanas, y por las tardes descanso. Mi esposa, que es mucho más joven que yo, ya que cuenta con 48 años aún permanece trabajando, y mi hija está aún en el Instituto.
    
    Como tenía bastante tiempo libre, decidí ponerme a escribir. Tengo un despacho en la planta alta del chalet donde paso gran parte de mi tiempo, sin que prácticamente nadie me moleste. Debo reconocer, que en ciertas ocasiones dedico mi tiempo libre visualizando artículos en internet, y no es raro que me conecte con alguna que otra página porno, que consumo con cierta frecuencia.
    
    Mi vida sexual se puede decir que es normal con mi esposa, sin que pueda decir que sea todo lo placentera que yo quisiera, debido a que mi esposa, tras la llegada de la menopausia, antes de tiempo, ha bajado mucho su rendimiento, e intenta que nuestros encuentros sean más esporádicos. Por el contrario, mi avidez sexual sigue intacta, y por ello recurro con relativa frecuencia a la masturbación para satisfacer mis necesidades. Como el urólogo me había indicado que la mismo no solo beneficiaba mi tensión arterial y eliminaba stress, al tiempo que evitaba los problemas de ...
    ... próstata, yo me lo había asignado como una tarea casi diaria.
    
    El chalet donde vivo tiene un jardín bastante amplio, y limita en su parte trasera con una zona verde, que desde que la adquirimos, y se encuentra llena de matorrales y arbustos, que ha ido creciendo y que nadie visita, por lo que se ha convertido en una zona prácticamente impenetrable. Dicha zona verde se encuentra atravesada por un pequeño riachuelo, que casi todo el año lleva agua. En la zona que lindaba con mi propiedad, el riachuelo había formado como una pequeña presa, donde siempre existía una altura suficiente de agua para poder bañarse. La realidad es que nunca había visto a nadie bañarse allí, ya que el acceso, tanto desde la parte trasera de las viviendas como del otro lado del riachuelo, resulta impenetrable por la extensa maleza.
    
    Sin embargo, al tener tanto tiempo libre, un día intenté acceder hasta el riachuelo, por simple curiosidad, descubriendo un pequeño sendero que logré ir agrandando hasta permitirme el paso, pudiendo de esta forma alcanzar el riachuelo. A partir de ahí, cuando hacía un poco de calor, me permitía echarme un baño sin problemas, al tiempo que aprovechaba para leer a plena luz del día sin que nadie me molestara. Nadie conocía el mismo, ni tan siquiera mi familia, ya que tampoco quería que nadie descubriera el mismo, ya que el agua era tan transparente y cristalina, e incitaba al baño. A partir de ahí casi todos los días me acercaba y me bañaba en el mismo. La verdad es que me ...
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