¿Te gusta? ¿Quieres que pare?
Fecha: 07/08/2023,
Categorías:
Anal
Autor: Esautomatix, Fuente: CuentoRelatos
¡Vaya hermoso cuerpo que tienes! He estado viendo algunas de tus fotos, y la vista desde cualquier ángulo es realmente excitante. De hecho, me gusta también tu sexo de terciopelo, con vello, sexo de mujer...
Bueno, debo reconocer que me has provocado una inesperada erección y que no he tenido más remedio que masturbarme con ganas, y he eyaculado sobre ti. Espero que no me lo tengas en cuenta.
Me imagino una situación donde estás de rodillas, la cabeza abajo y las nalgas levantadas. Expectante, con las piernas ligeramente abiertas y las muñecas atadas al cabecero de la cama... Tus ojos vendados no te permiten verme, pero notas mi presencia y te sientes observada, expuesta. El morbo de la situación te excita más de lo que crees que deberías. En realidad, no te disgusta.
La vista que ofreces me excita también mucho, y me acerco con la mirada fija en tu vulva, estando ya totalmente empalmado. Te acaricio desde las caderas con la yema de los dedos, arrastrando el movimiento hasta tus nalgas, para apretarlas, pellizcarlas suavemente. Contienes la respiración mientras paso los dedos entre tus muslos, subiendo muy poco a poco hasta quedar muy muy cerca de tu vagina, hasta ser capaz de percibir su calor. Suspiras en cuanto inicio un ligero roce, para a continuación dejar deslizar dos dedos entre tus labios húmedos. Llego hasta tu clítoris y das un respingo cuando lo acaricio suavemente. Tus primeros gemidos... empiezas a estar muy muy caliente, y quieres más.
Introduzco ...
... lentamente dos dedos, muy poco, sólo un par de centímetros. Los giro en tu interior, durante unos segundos. Cambiando el ritmo, más lento, más rápido, entrando y saliendo, pero jugando sólo en la entrada. Gimes ya con más intensidad y te hago desear mucho más. Te retuerces e intentas que llegue más adentro, pero todavía no...
Con los dedos totalmente empapados empiezo a subir deslizándolos entre tus nalgas, muy despacio. Sabes a dónde me dirijo y arqueas la espalda para levantar más tus caderas, abriendo y facilitándome el camino. Llego a tu ano y empiezo a dibujar círculos alrededor, mientras con la palma de la otra mano cubro todo tu sexo, presionando y acariciando tu clítoris hinchado, palpitante.
Cada ligero toque te hace estremecer, y espero a que termine la sensación antes de volver a rozarte, apretando un poquito más, durando un poquito más. Estoy así durante algunos minutos, relamiéndome, observando cómo reaccionas ante el placer que sientes. Estás muy excitada y cada vez te mueves más, siguiendo a mis dedos. Ahora ya pides directamente que te penetre, que te folle, por donde sea, pero que sea ya.
Coloco la cabeza de mi polla hinchada, dura, entre tus labios húmedos. Pero no entro aún, empiezo a hacer las mismas operaciones que antes, deslizándola una y otra vez, empapándola con el flujo producto de tu excitación, rozando, apretando tu clítoris y retirándome de nuevo. Yo también estoy muy encendido, pero quiero hacerte esperar un poco más. Meto un poco la ...