La pareja les, la madre y la ramera (Cap. 3) - Relatos Eróticos

La pareja les, la madre y la ramera (Cap. 3)

... durante cuánto tiempo y cuantas veces al mes, el demás tiempo permanecería con el acostumbrado cinturón de castidad.

Pocos días después se había acostumbrado a cumplir todas esas costumbres lésbicas de las cuales antes ni en su manera de pensar hubiera tenido presente, el asco por el chocho había desaparecido así como el tener que estar lamiendo las bubis, siendo heterosexual ya sus costumbres empezaban a ser cada vez más de una lesbiana, así como también su vocabulario y manera de ser al servicio de los demás ahora era totalmente humilde y servil, la chica rebelde había ya muerto, ahora solo sabía obedecer y dar placer cuantas veces le fuera ordenado. En pocas palabras ya esa ineficiencia, torpeza y rebeldía se habían evaporado para siempre.

LA ENTREGA DE LA RAMERA

Días después de haber terminado no solamente su transformación de rebelde para ser una chica humilde y servil y también después de verificar su conversión de heterosexual a lésbica, la ramera por fin estaba preparada para ser entregada como esclava comenzando de esa forma su nuevo estilo de vida desde el momento en que llegaran a recogerle sus nuevas propietarias.

Su Majestad una vez que comprobó los resultados de la transformación y de la calidad que su reputación llevaba impresa, ordenó a su perra entrenadora llamara a sus clientas lesbianas para entregarles ya por fin en propia mano y empaquetada la mercancía, la perra al instante acató la orden y llamó a las propietarias de la joven ramera.

La ...

... pareja atendió la llamada considerándose notificadas que ya podían recoger su mercancía tan esperada, dijeron a la perra propiedad de su Majestad que pasarían por el paquete alrededor de dos horas ya que en ese momento estaban atendiendo asuntos laborales. Cerca de las 17:30 horas se escuchó el timbre que anunciaba que alguien llamaba a la puerta.

La perra encargada de recibir a la gente, de inmediato se dio a la tarea de averiguar quién llamaba, al verificar que se trataba de las clientas lesbianas enseguida las hizo pasar y conducirlas ante su Majestad; en pocos minutos apareció su Alteza en el salón especifico donde recibir a los clientes. Las lesbianas respetuosamente besaron los pies de su Alteza para inmediatamente esperar a que su Alteza les diera el placer de darles su atención.

Su Alteza les comentó a ese par de mariquitas que la ramera había sido un poco difícil de educar en cuanto a tareas domésticas ya que su rebeldía estaba muy arraigada pero que sin embargo fue solucionado en su totalidad ese inconveniente, en cuanto al tema lésbico si había sido un tanto complicado desarraigar esas costumbres heterosexuales y hacerla 100% una perra lesbiana.

Las clientas estaban agradecidas con su Majestad por haberse ocupado de entrenarlas en el ámbito lésbico y así poder recibir un mejor servicio por su parte, su Alteza les hizo saber que la perra había sido entrenada para obedecer a base de sonidos y señales que claramente dejaban entendido que se debía realizar; ya ...