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HASTA LA CIMA - PRIMERA PARTE
Fecha: 09/08/2023, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos
... gafas para que yo pudiera encontrarle la mirada. Le pertenecían un par de ojos pardos que no me quitaba de encima. Me presenté por mi nombre; Regina, mientras él me ofrecía algún tipo de infusión japonesa. Supe que aquella entrevista sería distinta a las demás cuando las preguntas que me hacía eran acerca del futuro y no sobre el pasado. ¿Quién desea ser? ¿A quién le gustaría influenciar? ¿Hasta dónde pretende crecer? — Hasta la cima —respondí—. De ser posible, hasta donde sea dueña de varias empresas. Sin sonreír, la pregunta que Gabriel formuló después me erizó los vellos en la nuca. — ¿Qué está dispuesta a hacer para llegar a donde quiere? Sus palabras me acariciaron la piel como si fueran un par de manos explorando mi piel. ¿Había escuchado bien? Desde luego que lo había hecho. Bajo el escritorio retorcí mis dedos con nerviosismo. Lo más probable es que la pregunta fuese totalmente casual y que mi atracción involuntaria hacia aquel hombre la deformara hasta convertirla en una insinuación obscena. ¿Cómo podía permitirlo? ¡Se trataba del jefe de mi novio! Respiré hondo y tomé el mejor lado de la pregunta. —Estoy dispuesta a hacer cualquier cosa —respondí. La pelinegra que me había recibido en el complejo corporativo había dicho una cosa que había resultado ser cierta hasta ese momento: Gabriel era un hombre austero que controlaba sus gestos a la perfección. Sin embargo, al escuchar mi respuesta sus ojos rasgados se entrecerraron imperceptiblemente y ...
... justo ahí hubo una expresión. —¿Está usted completamente segura de eso? Con el corazón en la garganta dije que sí. 2 Marena no podía dejar de reír. —Estás bromeando, chama —decía entre risa y risa. —Ha sido justo como te lo he contado —juré—. El cabrón me ha preguntado que a qué estaba dispuesta y yo le he dicho que a cualquier cosa, entonces me contrató como parte del personal de limpieza. Marena soltó una carcajada gutural sin compasión alguna. —Menuda joyita de jefe que te has cargado —dijo—. Pero lo que todavía no puedo creer es que hayas dicho que estabas dispuesta a cualquier cosa. ¿Y Adrián? La puerta del apartamento se abrió y Marena dio un respingo. El silencio que se hizo resultó tan delator que Adrián nos miró a ambas con desconfianza. —¿Qué están haciendo? —cuestionó Marena negó con la cabeza como si no supiera exactamente qué estábamos haciendo; ella era una terrible mentirosa. —Le estaba contando cómo me fue, amor —respondí mientras Adrián se deshacía del saco que llevaba encima y lo dejaba sobre el sofá. —¿Y bien? —preguntó mientras depositaba un beso sobre mis labios. Contarle a Adrián el encuentro con su jefe generó en mí una sensación ajena. De alguna forma no llegaba a empatizar con la idea de compartir esa relación con él, como si no me sintiera a gusto con el hecho de que Adrián conociera a la misma Marena que yo. Fue ahí cuando me di cuenta de la primera señal de alerta que la figura de Gabriel había disparado en ...