1. Paseo por Cajamarca


    Fecha: 11/08/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Vero78, Fuente: CuentoRelatos

    ... recordaba a las playas de Piura, Tumbes por la tibieza de sus aguas. Juro que el cogollo, los tocamientos y los tragos que tomamos en la piscina, mi libido no se calmaba, me alejé un poco y había un espacio de la piscina que tenía como un banquito de arena, que era propicia para una siesta, lo cual aproveché y me quedé dormida, mientras los demás seguían en su borrachera.
    
    No recuerdo muy bien, pero cuando desperté, me encontraba sola, no había mucha iluminación, tuve algo de temor, entonces vi que al otro extremo Rafael, sentado, fumando un cigarro, observándome detenidamente, le pregunté por mi esposo y su esposa, me respondió que mi esposo se había ido a dormir totalmente borracho y su esposa no es de mucho tomar también se había emborrachado y ya estaba durmiendo, le dije entonces voy a dormir, me levanto y cruzo la piscina para ir a descansar. Ya por salir del agua, se sonríe y me dice:
    
    -Te olvidas de algo.
    
    -De qué? -le respondí.
    
    -Mira para abajo -me respondió.
    
    Cuando miré para abajo, grande fue mi sorpresa al ver que no tenía puesto mi sostén del bikini, avergonzada traté de cubrirme, el muy cínico me dijo:
    
    -ahora si puedo verlas a plenitud, la última vez las probé, pero no pude admirar esas bellezas, y en verdad que son hermosas, vaya suerte tiene tu esposo, lo envidio.
    
    -Pues siga envidiándolo le dije, además usted tiene su esposa y es muy hermosa, no tiene por qué estar mirando mujeres ajenas.
    
    -Si mi esposa en linda, pero no es tan sexy y ...
    ... ardiente como tú, se ve que tú explotas a la hora del sexo, en cambio mi esposa es dulce y tierna, tú eres salvaje y sé muy bien que por circunstancias ajenas esa ocasión no pudiste expresarte al máximo, te reprimiste por tu esposo que estaba a tu lado, pero bien que gozaste cuando sentiste mi boca en tu conchita depiladita, como te retorcías en cada lengüetazo que te daba, cuando te mordisqueaba tu labios, tu clítoris, cómo me mordías para no gritar de placer cuando te penetraba, cuando saboreabas mi verga, eso mamita rica no lo puedes negar.
    
    Mientras me decía esas palabras se iba acercando lentamente, bajó mis mano dejando al descubierto mis senos que a lo lejos se notaban la rigidez por mi creciente excitación, los acariciaba despacio, lento, rozaba con sus dedos mis pezones que lograban que mi piel se erizara, él sonreía, se sentía ganador, mientras que yo era un mar de sensaciones, dentro mí se libraba una batalla campal entre decidir si salir corriendo o entregarme a ese hombre, que sinceramente, desde aquella ocasión que me hizo suya, me quedé con esas ganas de no poder disfrutar al máximo ese placer que me dio, ahogando mis gritos, mis gemidos, de decirle lo bien que me estaba cogiendo, en fin, todo eso sumó a no poder resistir sus tocamientos.
    
    Bajaba lentamente su mano sobre mi vientre, yo sólo lo dejaba hacer, no atinaba a reaccionar, mi mente en blanco, al ver mi pasividad, siguió bajando, hizo a un lado mi trusa, acarició mi pelvis, bajo hacia mi vagina que ya ...
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