La rica vendedora de dulces
Fecha: 15/08/2023,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
... conversando, pero antes de bajarse del auto, me dio las gracias y me dio un beso en la mejilla, haciendo risa de lo que dirían sus vecinas al verla llegar con un joven tan apuesto a su casa.
Ya estaban los dados echados, sabía perfectamente que ella sentía algo de interés por mí, y solo bastaría una salida más para terminar mi trabajo.
Al otro día, nuevamente al pasar por la esquina, me regaló un helado y me dio las gracias por llevarla a su casa.
Los siguientes dos días, no pude coincidir con ella, incluso una vez la alcancé justo cuando se estaba subiendo a la micro, desafortunadamente ella no me vio.
Llegó el viernes y nuevamente salí en su búsqueda, la veo que camina hacia la esquina donde toma la locomoción y me acerco a su lado, ofreciéndome a llevarla.
Veo que su mirada ahora es un poco distinta, además que se sienta un poco de lado, mirando hacia mí, se notaba que ambos queríamos seguir la conversación donde habíamos quedado días antes, hasta que ella nuevamente toca el tema.
M: Y bueno, ahora que me acuerdo, en relación a lo que conversamos el otro día, ¿No tendrás algún amigo tuyo, tan guapo como tú, que le gusten las mujeres mayores, como yo, para que me ayude a vengarme de mi marido?
J: ¿Tienes ganas de vengarte?
M: ¡Sí!! Tengo muchas ¡muchas ganas de vengarme!
J: ¡Conozco un muchacho moreno, que tiene un auto de color verde, que le encantaría ayudarte!
M: ¿sí? bueno si lo ves, ¡dile que cuando quiera!
Rápidamente cambié de ...
... dirección y me fui al primer motel que encontré en mi camino, ya había empezado a oscurecer.
Entramos a la habitación, ella me dijo que le gustaría tomar una ducha antes, entró al baño y veo su ropa tirada en el piso.
De solo imaginarme que, al otro lado de la cortina, se encontraba mi preciosa madura desnuda, me hizo colocarme a 100.
Entré a la ducha, ella me daba la espalda, su trasero era muy grande y se notaba que era el pantalón el que lo amoldaba, pero no me importó, de todas formas, se veía exquisita.
Me coloque detrás de ella y la tomé de la cintura, haciéndole sentir mi verga entre sus nalgas.
Comencé a tocar sus pechos, eran grandes y redondos, su piel morena cubierta de jabón, mis manos acariciándola completamente mientras besaba su cuello.
Ella no decía nada, solo bajó su mano por detrás y comenzó a enjabonarme, mis manos bajaron hasta su entrepierna encontrándose una abundante vellosidad y luego con dos prominentes labios, los que fueron inspeccionados por mis dedos, haciendo que, de su boca, saliera un gemido de placer…
M: ¡Uhm!! ¡Que rico!
J: ¡Estás de lujo cariño!
Ella tomándome fuertemente la verga, la hacía rozar entre sus nalgas de lado a lado, doblándose un poco hacia delante, la guio hasta la entrada de su coño.
No faltó que me dijera lo que quería, un pequeño empujón y la cabeza se acomodó entre sus labios, aferrado a sus caderas fui haciendo fuerza hasta que la penetré casi completamente.
M: ¡Uhm, ah, dios!
J: ¡Uhm, que ...