1. Le damos a ella una gran cogida


    Fecha: 20/08/2023, Categorías: Sexo en Grupo Autor: nereo, Fuente: CuentoRelatos

    ... simpática yo era muy tímido y jamás me había animado a hablarle. Nunca pasó por mi cabeza el siquiera tener la más mínima expectativa con respecto a Zana y por tanto me sentía conforme y feliz con el verla así de lejos y admirar su belleza
    
    El día en que ocurrió mi experiencia fue de lo más ordinario, gris y aburrido, las clases se fueron lentas e insoportables, hacía calor y eso incrementaba el malestar de estar en el salón; para colmo ese día Zana no había ido a la universidad así que ni siquiera tendría el pequeño placer de mirarla desde mi lejana atalaya. Cuando al fin terminaron las clases yo salí del salón rápidamente, estuve a punto de irme directo a casa pero me dieron ganas de caminar por los amplios jardines. Yo a veces tenía la costumbre de caminar entre los árboles para refrescarme un poco entre el suave aroma del pasto y los pinos que crecían en el enorme jardín de la universidad. Era tan grande el patio que bien uno podía caminar por varios minutos sin que uno terminara de recorrer el lugar.
    
    Yo estaba caminando tranquilamente sin reparar en lo que había a mi alrededor hasta que me di cuenta que llegué a la parte más alejada del jardín, en ese lugar estaba la planta de luz, era un edificio pequeño, gris y común, una puerta daba acceso al interior y como siempre estaba cerrada con llave no le presté la menor atención. Como traía puestos mis tenis casi no hacía ruido al caminar, me acerqué, el lugar aparecía vacío, no había ni un alma en la cercanía. De ...
    ... pronto escuché unos cuchicheos, venían de la parte trasera del pequeño edificio, me acerqué sigilosamente y en alerta. Temía que fuera algún grupo de chicos que estuviera drogándose aprovechando de la lejanía del lugar, tentado estuve de dar media vuelta e irme de forma tan silenciosa como había llegado, pero de pronto oí una voz que me dejo helado: ¡Era Zana! Pero ella no había venido a la universidad… Su voz era inconfundible: era delgada, con un tono dulce y medio chillón.
    
    Me intrigó mucho el oír que Zana estuviera en ese lugar y luego escuché otra voz, era de un hombre y de un hombre mayor sin duda. Parecían hablar, escuché algunas risitas de Zana y entonces me animé a acercarme, me pegué a la pared y me deslicé con cuidado, me asomé por la esquina de la pared y lo que vi me dejó sorprendido: Recargada en la pared estaba Zana, vestía con ropa de gimnasio, hasta parecía que la habían sacado recién del gym, y frente a ella y tocándola estaba un hombre maduro el cual yo conocía; era un profesor de la universidad, se llamaba Héctor, era un hombre tranquilo, gris, común y corriente.
    
    Yo aproveché que estaban distraídos y me puse detrás de unos arbustos para mirar mejor. Vi como el profesor Héctor la tocaba, él era un hombre bajito, moreno, cabello rizado y corto, usaba gruesos lentes e igual usaba bigote, era rechoncho y panzón, en resumen que no era para nada un hombre guapo; yo miré como la tocaba por todas partes, se repegó mucho a ella y con sus manos le agarró las nalgas ...
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