1. Le damos a ella una gran cogida


    Fecha: 20/08/2023, Categorías: Sexo en Grupo Autor: nereo, Fuente: CuentoRelatos

    ... mientras lamía su senos por encima de su ropa; mirándolos así cualquiera pensaría que era un viejo rabo verde propasándose con una joven, tentado estuve de salir de mi escondite y ayudar a Zana, pero rápidamente me olvidé de aquella estupidez pues Zana no solo no estaba molesta sino que a juzgar por su rostro lo estaba gozando. Oí como la chica decía: “¡Ayyy, profe! ¡Qué mañoso es usted! ¿A poco su mujer no lo atendió bien antes de venir a clases?”. El profesor le dijo: “¡Mhaaa! ¡Ni me menciones a esa vieja fea y culera! No me eches a perder el momento, Zanita, no quiero acordarme de mi vieja, no mientras estoy contigo”.
    
    El hombre ni tardo ni perezoso le quitó los leggings que traía y al descubierto quedó su tremendo culazo, el tipo se agachó frente a ella y le lamió el coño, no pude mirar bien desde mi escondite, pero supuse que se lo hizo bien pues Zana gemía. Así estuvo varios minutos hasta que el profesor Héctor se alzó, se desabotonó el pantalón y se lo bajó, se quitó la trusa que usaba y sacó un pene enorme. Me sorprendió pues no esperaba que el tipo tuviera un pene tan grande. Como ya dije era un hombre bajito, rechoncho y panzón, pero tenía una verga enorme, dudo que le midiera menos de 20 cm.
    
    Zana se hincó frente de él y sin dudarlo se metió la vergota en su boca, la chupaba como si fuera una paleta de carne, Héctor resoplaba, con sus manos la obligó a tragarse su verga, le decía: “¡Así Zanita! Ya sabes cómo me gusta”. La chica chupaba y chupaba, se sacó el ...
    ... pito de la boca y luego le lamió los huevos, luego se los chupó con fuerza y el profe dio un grito de placer; Zana lo miraba con evidente deseo, a juzgar por su bello rostro le encantaba la verga del profesor, este la miró y le dijo: “¡Anda, Zanita, cómete lo que es tuyo! Ya sabes que mi verga será por siempre tuya, si un día de estos me muero ya sabes que como última voluntad mandaré a que me corten el pito y lo disequen para que te lo manden y lo conserves para siempre junto a ti”. Zana miró al profesor con cierta sorpresa y luego se carcajeó, le dio un beso en el glande y le dijo: “¡Ayyyy, profe, que cosas dice! Quien lo viera tan serio y educado…”. El profesor le dijo: “¡Pues sí, es verdad! Ya sabes que mi verga es tuya, cuando tú la quieras la tendrás, ¿no hasta hoy me hablaste desde el gimnasio para que te viera aquí en este lugar? Ya no podías pasar un rato más sin gozar de mi verga”. Zana lo miro y le dijo mientras con su mano acariciaba sus huevotes: “¡Pues si profe! Es que usted tiene un tamaño vergon, parece burro”. El profe se rio y entonces no sé por qué un pensamiento se clavó muy fijo en mi mente: debía de aparecerme y ver si me dejaban participar en su “juego”.
    
    Yo intuía que jamás aceptarían (sobre todo el profe) lo más probable es que me maldijeran y me corrieran del lugar, pero por otra parte yo intuía que quizás era la única posibilidad que tendría en mi vida de poder cogerme a la Zana; bien valía la pena hacer el ridículo y arriesgarme. Estaba en ese ...
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