1. Mi hermana, mi ama 2


    Fecha: 29/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... saboreé y se lo di a probar, metiendo los dedos en su boca, acariciando sus labios, besándolos, las lenguas se entrelazaron. No solo la besaba, bebía su boca. El deseo crecía, mi verga estaba dura como una piedra, me dolía, la frotaba sobre su mano, que descansaba sobre la cama. Al principio estaba inerte, pero al poco me acariciaba, la meneaba. Me estaba pajeando mi madre. Solo lo había hecho con ella una vez, cuando padre nos obligó. Pero esto era distinto, sus tetas grandes, blancas, las aureolas oscuras, coronadas por los pezones gruesos y que ahora estaban rugosos, duros, casi como mi pija. Lidia bajó hasta su felpudo, apartó la mata de pelo con las dos manos y se zambulló en la rosada raja, por donde había venido al mundo. Chupó, lengüeteó, desde el ano hasta el pubis, con parada en el perineo y más arriba, el clítoris. Madre empezó a temblar, no era de frio, su cuerpo se movía sin control. Lidia levantó su cara empapada de flujos. — ¡Ahora, Migue, es tu turno! Yo deseaba aquel momento, llevaba tiempo soñando con volver a estar dentro del coño de madre. No me hice esperar, me coloqué entre sus piernas, con el prepucio pinté la grieta, arriba, abajo, apunté y lentamente, introduje el miembro hasta el fondo. El tacto era cálido, entró con deliciosa suavidad, lubricado al máximo por su licor. Solo entró una vez. Madre gritó, me rodeo con sus brazos por la espalda y las piernas apresando mi culo. Lidia acariciaba sus negros cabellos. Su orgasmo fue un huracán. No se ...
    ... detuvo, se movía espasmódicamente bajo mi cuerpo, buscaba mayor penetración, adelantando su pelvis, con golpes de cadera. Encadenó varios orgasmos hasta quedar exhausta. Me tendí a su lado, Lidia al otro y nos quedamos dormidos los tres juntos. Mi mano sobre su teta, la mano de Lidia en su coño. La luz de la mañana me hiere los ojos. Mi hermana esta a mi lado, duerme con su cara de ángel, como si nunca hubiera roto un plato, me levanto. Madre está en la cocina preparando el desayuno. Refresco la cara en el baño, hago mis necesidades sentado en el inodoro. Lidia entra, desnuda, directamente a la ducha. — Termina Migue, lávame. Venga — Me manda, segura de ser obedecida. Aun no se ha despertado y ya está dando órdenes. Pero yo obedezco. Cuando llego a lavar su sexo noto un chorro caliente que sale de su fuente. Me gusta sentir el chorro de orín en mis manos, ella empuja mi cabeza hacia su coño, para que lo chupe… Madre nos llama. — ¡Venga, a desayunar! Terminamos de asearnos y nos sentamos en la pequeña mesa de la cocina. Rebanadas de pan frito con azúcar y café con leche. Estamos los tres en cueros, madre esta risueña. Parece raro, si anoche casi la violamos… ¿O no?… Ella aceptó de buen grado lo que le hacíamos. No lo entendía, recordé a padre. — Madre ¿Por qué se colgó padre? Su cara se ensombreció. — Hay cosas de vuestro padre que no sabéis. Lidia conoce algo, pero no todo. Lidia levantó su cara airada. — ¿Qué es lo que no sé?… ¿Qué te acostabas con los señoritos en el pueblo?… Eso ...
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