La putita de don Julio (Parte 1)
Fecha: 22/08/2023,
Categorías:
Transexuales
Autor: adriianaa, Fuente: CuentoRelatos
Al mudarme a la Ciudad de México tenía miles de opciones para poder salir vestida como la nena que siempre me he sentido. Llevaba ya varios años vistiéndome, perfeccionando mi estilo, mi maquillaje, mi forma de comportarme, sin embargo no sentía la confianza para salir a la calle a un lugar con muchas personas, sentía pavor por encontrarme a algún conocido, así que salía por las madrugadas (cerca de las 4 a.m.) cerca de mi casa, cuando sabía que no había gente en las calles.
Se había convertido ya en algo rutinario, despertar para vestirme y arreglarme lo más rápido posible, salir cuidando que mis vecinos no se dieran cuenta, y caminar algunas calles cerca de donde vivo. Mis salidas al principio eran breves pero después duraban cerca de una hora, siempre con más confianza para llegar más lejos. Me encanaba llegar a un pequeño parque, ahí encendía un cigarro y me tomaba algunas fotos, admirando siempre el atuendo que había escogido. Me gustaba salir muy sexy pero de a poco cada vez me vestía más puta, cualquiera que llegó a verme al pasar en su coche mientras caminaba seguro pensó que me prostituía y más de uno se acercó a preguntar pero nunca me animé, hasta después de conocer a Don Julio.
Frente al parque había un pequeño edificio de oficinas que cada noche cuidaba un guardia, Don Julio. Era un tipo más que maduro, calculo que tendría unos 70 años, ganándose la vida cuidando ese lugar. Nunca me percate de él ni he sabido cuántas veces me vio llegar vestida tan ...
... provocativa. Lo conocí la noche de un viernes que llegué como de costumbre al parque, llevaba unos 15 minutos caminando de un lado a otro, hipnotizada por el sonido de mis tacones. Ese día vestía una falda en corte A de color mostaza tan corta que si me agachaba un poco enseñaba media nalga, un bralette de color blanco y una blusa blanca, transparente, que dejaba ver completamente el bralette, un bolso negro a juego con mis botines negros con tacón alto. Como siempre no faltaba mi peluca de cabello largo y lacio y un perfume delicioso, me gustaba cuidar cada detalle.
Estando en el parque me senté en una banca y saqué un cigarro, me llevé uno a los labios y buscaba el encendedor dentro de mi bolsa pero nunca lo encontré. Estaba dispuesta a seguir caminando cuando escuché unos pasos detrás de mí al voltear vi a un señor alto, moreno, vestía una camisa azul cielo, pantalón y zapatos negros. Por las arrugas de su rostro y sus canas calculaba tendría unos 70 años. Cuando lo vi me quedé congelada y no supe que hacer mientras lentamente, a su paso, se acercaba a mí.
- "Buenas noches señorita, veo que hoy olvidó su encendedor. Todas las noches cuando viene por aquí la contemplo y me fumo un cigarro desde allá adentro, pero hoy no podía dejarla sin su gusto de todos los días. Déjeme encender su cigarro y así me hace compañía un minuto, soy el guardia de este edificio de enfrente, puedes llamarme Don Julio. Pero anda, acércate sin miedo y dime, tú como te llamas linda?"
- "Adriana" le ...