1. Bajo los cerezos


    Fecha: 22/08/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Habían quedado para charlar y tomar un café y acabaron en la finca de un amigo de Jose bajo unos cerezos.
    
    Eran totalmente diferentes, ella joven y guapa, él maduro y feo, (eso pensaba él) ella dulce, el serio, ella con pareja y el casado, en lo que coincidían era en que ella era una sentimental y él un romántico, de allí que surgiera entre Diana y Jose un enamoramiento, cómo poco, eran sombras enamoradas.
    
    La hierba estaba cubierta con pétalos blancos, Un mirlo, dos verderones y un jilguero trinaban en un cerezo.
    
    Apoyado con la espalda a uno de los cerezos, le dijo Jose a Diana:
    
    -Tenemos música. ¿Quieres bailar?
    
    Diana, sonriendo, le dijo:
    
    -No se me da muy bien bailar, y con trinos.... ¿Cómo se baila eso?
    
    -El primer paso se da así -Jose le acarició una mejilla y la besó en los labios
    
    Diana le sonrió y le devolvió el beso, - a Jose le entraron ganas de pellizcarse para ver si estaba soñando- después le dijo:
    
    -Ese baile lo sé bailar, -le dio otro beso en los labios- pero a la música hay que ponerle letra.
    
    -¿Un te quiero estaría bien?
    
    -Mejor un poema de los que me escribiste.
    
    -¿Y qué tal uno que te escribí y aún no te leí?
    
    -Mejor aún.
    
    -Échate boca arriba sobre la hierba y cierra los ojos.
    
    Jose, viendo como pétalos blancos de los cerezos caían sobre Diana, le recitó:
    
    Dormida.
    
    Quiero ver tus labios entreabiertos,
    
    labios que serán el punto de partida
    
    para llegar a maravillosos puertos
    
    donde la gloria se haya ...
    ... escondida.
    
    Dormida.
    
    Quiero reptar como serpiente,
    
    cómo cariñosa serpiente, atrevida,
    
    sensual, dulce, traviesa, silente,
    
    hasta que sientas la llamada perdida.
    
    Dormida.
    
    Quisiera hacerte viajar por derroteros
    
    que te hicieran perder tres veces la vida,
    
    y que después abrieras tus luceros
    
    sonrieras y me dijeras: "Sigo dormida".
    
    Diana abrió los ojos sonrió, los cerró, y le dijo:
    
    -Sigo dormida.
    
    Jose, se inclinó y la besó, Diana entreabrió los labios. Se fundieron en un beso largo, que fue humedeciendo a los dos.
    
    Diana llevaba puesta unos jeans, un blusa blanca y calzaba unos zapatos marrones.
    
    Jose fue desabotonando la blusa hasta que cayó por ambos lados del cuerpo de Diana. Le desabrochó el sujetador, -sin dejar de besarla- le bajó los pantalones y las bragas blancas hasta las rodillas. Le levantó las copas del sujetador, le cogió sus grandes tetas con las dos manos y masajeándolas, le lamió, chupó y mordió sutilmente los pezones, luego se las devoró.
    
    Diana seguía con los ojos cerrados. Jose no bajó besando su vientre. La calentura lo cegaba. Fue directamente al clítoris, un clítoris grande y gordo. Lo besó -Diana comenzó a gemir- Lo lamió de abajo arriba, hacia los lados y en círculos. Cuando los gemidos de Diana anunciaron que se iba a correr. Subió encima de ella. Sacó la polla. Con un dedo le retiró el glande del capuchón y comenzó a rozar con su meato el glande del clítoris, la aguadilla que salía de la polla hizo la fricción con el glande tan ...
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