1. Aquél puente, aquella película.


    Fecha: 25/08/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Habíamos quedado para cenar, yo no paraba de darle vueltas a lo que podía esconder aquella cita. Una noche de un puente, ella sin clase 3 días y pudiendo irse a su casa, sin nada que la retuviese en la ciudad y con los compañeros de piso ya en el pueblo menos 1 que saldría esa noche. Pero en definitiva estaría sola, y lo sabía, y en lugar de marchar de vuelta a casa de sus padres decide cenar conmigo, llevábamos unas semanas tonteando pero nunca había mostrado signos claros de querer algo conmigo, había quedado claro que me gustaba, y había seguido quedando conmigo a solas pese a ello sin decirme nada para bien ni para mal, y ahora me hacía este plan para cenar juntos, solos, y en su casa vacía, todo cuadraba demasiado bien.
    
    Yo tenía una reunión con los compis de la organización cultural en la que participo así que llegaría tarde pero ya iría perfectamente arreglado. Cuando llegué a su casa la noté igual que siempre, sin ningún matiz de una cercanía particular pero muy risueña y alegre en general. Mientras preparamos la cena no paraba de observar el rubio de su pelo emitiendo reflejos dorados bajo la luz de la cocina, cuando charlabamos uno al lado del otro me perdía en el marrón miel de sus ojos y en su sonrisa. Cenamos charlando amistosamente, sin nada especial en la conversación que hiciera imaginar lo que vendría después hasta que planeamos vernos una peli en su cuarto cuando acabaramos, ahí parecía que la cosa se orientaba bastante bien.
    
    Terminada la cena, ...
    ... recogimos y fuimos a su habitación, pusimos la peli y nos acurrucamos cerca el uno del otro, sin estar pegados, pero sintiendo al otro. Lo recuerdo como uno de los mayores momentos de tensión de mi vida, lo mucho que me gustaba esa chica entonces, mi virginidad, mi inexperiencia en general ligando, y sobretodo la acumulación de los 3 hacían parecer que se me salía el corazón del pecho. Pero en aquella tensión levanté una mano y se la llevé al pelo, comencé a hacerle caricias delicadamente en la cabeza como sabía que le gustaban. El contacto físico, sentir como su respiración se alteraba, toda la situación me despertó una excitación palpitante en todo el cuerpo, conforme pasó el tiempo esta me empujó a ir más alla, deslicé mis dedos por su cuello y comencé a acariciarla desde el hombro hasta la nuca, podía sentir como su piel cambiaba de temperatura, como su tacto se calentaba con el mío, su excitación se hacía latente en la yema de mis dedos y me estaba volviendo loco, me costaba hasta respirar y liberaba la tensión en puntuales resoplidos que valieron su interés más de una vez:
    
    +Nietzche, estás bien?
    
    -Sí sí, tranquila. Tú estás agusto?
    
    +Sí, mucho
    
    -Te gusta el masaje?
    
    +No está mal jajaja
    
    Escuchar aquello me hizo pensar que quizás me daba permiso para algo más, así que tenía que probar. En una caricia que volvía desde su nuca hasta su cuello no me detuve al principio del hombro como había estado haciendo, sino que deslicé las yemas de 4 dedos muy lentamente hacia ...
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