Confesión a mi amigo
Fecha: 26/08/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
No soy más que un pedazo de mierda, y lo acepto. Soy Carlos, tengo 43 años, 15 de los cuales he estado casado con mi única esposa, el amor de mi vida. Soy afortunado de tener tantos amigos, algunos de ellos muy queridos y cercanos, como es el caso de José, a quien conozco desde hace más 20 años, y a quien acabo de convertir en un pobre cornudo hace poco más de un mes. Esta confesión es para ti, amigo:
Sabes que te conozco desde hace muchos años, que estaba en la misma fiesta cuando conociste a Ana y, aunque ambos nos sentimos atraídos por ella en ese momento, acordamos que serías tú el que la cortejara, pues como me lo dijiste esa noche: Esa mujer tenía que ser para ti.
Nunca nos dejamos de frecuentar y tanto Ana como mi mujer se volvieron muy buenas amigas también. Sinceramente eso también me duele mucho.
Obviamente no es su culpa, pero entiéndeme un poco, tu mujer en el último año se ha puesto con dietas y ejercicio, se ha puesto muy atractiva, y claro, todos cuando rozamos los cuarenta años y nos vemos aun bien, queremos presumirlo, así que esos vestiditos y ropa ajustada que viste últimamente hicieron que llamara mi atención.
¿Recuerdas la reunión del cumpleaños de Armando? Bueno, pues ese día tu mujer llevaba un vestidito corto, porque hacía mucho calor lo supongo. Fue ese día cuando la vi por primera vez con otros ojos: Se levantaba y el vestido se le quedaba pegado entre las nalgas; entiendo que eso no tiene mucho de sensual, pero a mi me parecía en ese ...
... momento, incluso me hice en mi mente la imagen de tu mujer en ropa interior en base a los elásticos de la pantie que se le marcaban en el vestido, recuerdo que los imaginé en color blanco y con encajes.
¿El escote del vestido lo recuerdas? Porque yo si, incluso se me quedó grabado en la memoria varios días. Llevaba un bra en color blanco, tan delgado que le transparentaba sus rosados pezones, y lo se porqué cada vez que iba a la hielera a sacar una cerveza yo me movía de lugar para encender un cigarrillo y poder ver cuando se inclinaba.
En resumen: No me la saqué de la cabeza durante un par de semanas, y cada vez que pensaba en ella era peor.
¿Que cómo sucedió? Realmente no tiene mucha ciencia la respuesta: Simplemente se lo propuse.
Salí una tarde de mi oficina y en vez de ir a casa manejé hasta la tuya, sabiendo que tu estabas de viaje y que tus hijos estaban en el futbol hasta las 9 de la noche. Toqué el timbre y me abrió Ana; sin el más mínimo dejo de sensualidad, vestida en un short holgado y una playera que le llegaba casi hasta la entrepierna, pero como yo había pensado en ella todo el camino, el solo verla me hizo casi tener una erección ahí mismo.
Me saludó con la normalidad de siempre y me preguntó qué hacía ahí, pues tu estabas de viaje. Yo me hice el sorprendido, me reí, me definí a mi mismo como un idiota, y le pedí el baño para poder entrar a tu casa. No había mucho tiempo, eran las 7 de la tarde.
Me ofreció agua y la acepté, caminando detrás de ...