1. Vacaciones con Teresa


    Fecha: 02/09/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Vicente84, Fuente: CuentoRelatos

    ... sus manos tratando de liberarse de tanto placer o al menos tratando de agarrarme de algún modo. En este estado de máxima excitación fue cuando tomé el consolador que hasta entonces descansaba en el velador. Era un pene grueso y tenía un botón para activar la vibración, la verdad intimidaba un poco, pero a esta altura ya habíamos roto todos nuestros cánones de estimulación.
    
    Sin dejar de lengüetearle el cuello, tomé el gran pene y lo empecé a untar por su cuerpo, de manera de engrasarlo y para que tomara temperatura. Lo metí entre la cama y su culo, entremedio de sus nalgas, recorriendo para arriba y para abajo. Su boca abierta emitía un “aaah...” cada vez que hacía el recorrido. No le tomó nada de tiempo aceptar otra verga en la cama, es más, podía ver como intentaba abrir más sus piernas y levantar su pelvis para que de una buena vez entrara dentro de ella.
    
    Luego de recorrer sus labios superiores y su clítoris, lo fui introduciendo lentamente, con el mismo ritmo con que antes le recorría sus nalgas. Los gemidos fueron aumentando en volumen e intensidad, sentía como que estaba entrando en otra escala de placer, en un éxtasis más allá de la experiencia corporal. Lejos de acabar, empezó a respirar más fuerte, así como se formó una verdadera piscina en las sábanas. Todo su ser estaba enfocado en ...
    ... este ascenso sexual nunca antes vivido, mientras yo estaba totalmente concentrado en seguir alimentándolo, como tocando un instrumento en un ritual.
    
    Cuando sentí que era el momento, y con total decisión, presioné el botón. Para este instante quise tomar cierta distancia y contemplar como mi mujer comenzaba a vivir espasmos casi eléctricos. Me puse nuevamente encima de ella, para verla en primer plano, mi pene estaba en su punto de máxima calentura. La seguí penetrando con el vibrador al punto en que comenzó a tener eyaculaciones entre gritos, fue ahí cuando me dejé caer con todo mi peso dentro de ella.
    
    Me suplicaba que parara, pero hice caso omiso y la penetré con toda la energía que venía sosteniendo. Empecé a gritar, los dos gritábamos, hasta creo haberla golpeado en esta vorágine. Sus tetas duras saltaban mientras apretaba la mandíbula y cerraba los ojos, le tomé el pelo y volví a su cuello, cuando finalmente sentimos como el caudal de semen pasaba por mi pene, para luego inundarla y rebalsarse por los costados de su vagina.
    
    Nos quedamos respirando intensamente por unos minutos, yo rendido sobre ella, totalmente transpirados y exhaustos. Los dos sabíamos que este era un antes y después, que nuestro imaginario sexual había cambiado para siempre y eso que aún nos quedaba mucho viaje por delante. 
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