Ana: Un día más en el trabajo
Fecha: 07/09/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dmmexico, Fuente: CuentoRelatos
... quien sonrió ampliamente y una vez más, en inglés, le dijo:
—¡Sabía que vendrías! Adelante, pasa Ana, gracias por venir.
Ella caminó con precaución, él no dejó de seguir sus pasos con la mirada, ella sintió que aquel hombre le devoraba el pequeño trasero, él cerro la puerta y ella pensó -ya no hay forma de escapar- Rod caminó hacia Ana y le preguntó si deseaba algo de tomar, a lo que ella asintió, él procedió a sacar una botella de vino rosado que estaba enfriándose en el pequeño refrigerador de la habitación, que era muy bonita, amplia, con una cama queen size un sillón y un taburete, además de un escritorio con un par de sillas y una lámpara de pie. El hombre destapó la botella, sirvió el líquido dulce en dos copas y extendió la primera hacia la mujer que aún se preguntaba qué demonios hacia ahí, el extendió su largo y musculoso brazo y la invitó a brindar, ella no podía dejar de analizar su masculina anatomía, pecho fuerte con un vello ralo, abdominales de campeonato mundial, dos brazos con anchos bíceps, y dos piernas poderosas, era, sin duda, el espécimen masculino más bello que ella había tenido bajo esas circunstancias en toda su vida, el tiempo que él le daba un sorbo al trago, le dijo que ella le había gustado mucho desde que la vio esa tarde, y que la había deseado mucho tan solo al verla, ella sonrió tímidamente y le pregunto por qué, a lo que él contestó que las latinas eran su predilección desde hacía mucho tiempo, una vez más ella preguntó si había ...
... alguna razón en particular a lo que él dijo:
—Ustedes son las mujeres más calientes que hay, disfrutan mucho del sexo, y sé que las mejores noches de mi vida sexual con mujeres latinas,
Ana se sintió como mariposa de una colección de un tipo que al parecer “coleccionaba” amantes latinas.
Rod se aproximó a Ana, y sin preámbulos y estando a solamente un paso de la bella mujer, el negro retiro la toalla que cubría sus partes pudendas, sus poderosos muslos y abdomen de lavadero cubierto de pelo negro e hirsuto eran un marco perfecto para un pene largo de veinticuatro centímetros y un diámetro considerable ¡aun en reposo! Ana vio la toalla caer y sin poder evitarlo fijo su mirada en ese monstruo de carne poderosa que en flacidez era aún mayor que varios que ya la habían hecho gozar, y su mente cálculo que cuando menos crecería otros 4 centímetros cuando alcanzara la erección ¡era una verga inmensa y estaba a punto de tenerla toda adentro!
Rod se inclinó, así, desnudo completamente y beso a Ana en los labios, un beso lento, húmedo, delicioso, sus enormes labios semejaban una ventosa cubriendo casi completamente la boca pequeña de la mujer que sintió un calor súbito que la recorría inexplicablemente desde las cavidades de su cuello, bajando por la espina dorsal, erizando su piel, levantando sus pezones, calentando su vientre y mojando sus partes íntimas, sin dejar de besarla como un experto, puso la copa de vino apoyando en la cómoda en la que Ana estaba ya, recargada, y sus ...