1. Costa oeste, de Los Angeles a Las Vegas


    Fecha: 07/09/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... al chófer donde podiamos comprar tema. Primero nos miro con cara desconfiada (no es para menos), Anna al verlo, volvio a abrir un poco las piernas, para que aquel hombre de mediana edad se fiara de nosostros (en este país te pueden “provocar” para que cometas un delito, pero no hasta ese punto).
    
    Sin duda Las Vegas había transformado a mi mujer. Ya de por si es una chica abierta, pero aquellos dias, Anna tenía unas ganas de sexo fuera de lo normal, y además solo quería sexo con desconocidos. Me llegó a preguntar al oido, si queria que le hiciese un francés al chófer, cosa que por el momento, descartamos.
    
    El hombre volvío a bajar la ventanilla y nos dijo que pararíamos, y un hombre se subiría en el coche un momento. Entendimos a la primera de que iba el tema.
    
    Paramos, en el Valet de otro hotel, no recuerdo cuál, y subío un chico de color, con un pañuelo en la cabeza y camiseta de tirantes. Nos ofreció un montón de cosas que no sabía ni que existian. Nosotros, logicamente, optamos por lo clásico. Un poquito de harina y a correr.
    
    Antes que se bajara, se me ocurrió probar hasta que punto Anna estaba salida de si misma.
    
    Le cogí una pierna por debajo de la rodilla, y la puse encima de la mia, para que quedase bien espatarrada. Se dejó hacer completamente.
    
    El chico sonrío abiertamente. Y sin dejar de mirar el coño de mi mujer, se paso la mano por encima de su paquete. A pesar de que el coche estaba semi oscuro, se adibinaba un paquetorro.
    
    -hoy es mi dia de ...
    ... suerte?-preguntó el camello.
    
    -depende, de lo que le puedas ofrecer a mi mujer-le contesté yo.
    
    El tio sacó una bolsita idéntica a la que acabábomos de comprarle, y me la tiró.
    
    Miré a mi mujer, y le hice una señal de indecisión. Se rió y andando de rodillas por el coche, se acercó al tipo. Le desabrochó los pantalones, y empezó a comerle la polla.
    
    Si, tenía un pedazo de polla.
    
    Me puse un par de tiros, mientras Anna chupaba, y di cuenta de ellas. Entonces me bajé los pantalones, y empecé a masturbarme. Anna se dio la vuelta, después de ponerle un condón al tio, y este empezó a follarla a lo béstia. Anna soltaba tales gemidos que el conductor bajó la ventanilla interior, sabiendo que había marcha.
    
    -si aparcas en un sitio discreto, puedes venir tu también -le dije yo ante su sopresa.
    
    -no puedo aparcar este coche en ningún sitio discreto, pero grácias-contestó el hombre.
    
    Entonces lo entendí. Le pedí que aparcara un momento y me subí delante con él.
    
    El sonrió, y me tocó el paquete, todavía empalmado. Se desabrochó el pantalón, y yo hice el resto.
    
    Asi ibamos, la primera noche en la ciudad del pecado. Mi mujer sodomizada y emputecida por un camello, y yo comiéndole el rabo a un chófer mientras nos llevaba a un club de Stritpease. Mejor no se podia empezar. Desdeluego que no.
    
    Después de abrir una botella de Champagne, el “farmacéutico” nos empezó a hablar del buen rollo que le dábamos (no era para menos, se acababa de follar una pedazo de rubia, en una ...
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