1. De hombre simplón a hembrón de fantasía


    Fecha: 10/09/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: JoseRelatos, Fuente: CuentoRelatos

    ... sabía que hacer, no podía salir así a la calle. Pensé que quizás un baño de tina me ayudaría a aclarar mis ideas. Puse el agua caliente y llené la bañera, añadiendo algunos polvos que me habían regalado para navidad. Luego de eso me saque la pijama, al quedar desnuda pude apreciar aún más mi cuerpo.
    
    Mis pezones eran rosados y estaban siempre erectos, la piel de mi cuerpo era totalmente perfecta, sin rastro de celulitis ni ninguna de esas marcas habituales en una mujer. Por otro lado pude ver que era totalmente lampiña, no tenía nada de pelo en mis piernas, brazos, axilas y entrepierna.
    
    Improvisando con una cuerda, amarre mu cabello en una especie de tomate deforme. Lo que importaba era que fuese funcional, luego de eso me metí a la bañera, lentamente comencé a frotar mi cuerpo con mis manos, las pase por mis brazos, piernas y en mi plano abdomen. De cierta forma estaba evitando tocar mis nuevos atributos, hasta que finalmente decidí que no podía seguir evitándolo.
    
    Agarre mis pechos, eran suaves y firmes a la vez. Mis manos no podían cubrirlos por completo. Sentía una cálida sensación cada vez que rozaba mis dedos por mis pezones.
    
    Manosearlos era casi terapéutico, me relajaba mucho haciéndolo. Deje una de mis manos ahí y baje la otra hasta mi entrepierna. Comencé a frotar suavemente aquella vagina.
    
    - Hmm... ¡Ah!- comencé a gemir con sólo tocarla superficialmente, no podía verme, pero sabía que mis mejillas ya debían estar muy rojas.
    
    - Bueno, estoy solo y ...
    ... nadie se enterara, no tiene nada de malo experimentar un poco.- Dije para mi mismo mientras comencé a frotar más rápido. Recordaba las instrucciones de mi exnovia cuando tocaba su vagina.
    
    Con dos de mis dedos comencé a jugar con mi clítoris, era una sensación espléndida. Seguí explorando, pronto me metía dedos frenéticamente sin dejar de gemir. Estaba experimentando el sueño de muchos, saber cómo sentía placer una persona del sexo opuesto.
    
    El agua de la bañera se agitaba a medida de que me masturbaba, estaba en un estado de excitación total. Me sentía en el cielo, en eso estaba hasta que escuche como tocaban la puerta abruptamente.
    
    - ¡José! ¡José abre la puerta!- reconocía esa voz, era Ernesto, el viejo casero que cobraba semana a semana el arriendo.
    
    Con desesperación me puse de pie, cubrí mi desnudo y mojado cuerpo con una toalla. Fui a mi cuarto buscando que ponerme, no quería que ese viejo me viera así.
    
    - ¡Sé que estás ahí, no saliste en la mañana! - me insistía mientras yo no encontraba soluciones.
    
    - ¡Abre o lo hago yo! - ese abusivo hombre tenía llaves de todas las habitaciones y se metía a ellas cuando quería. Era un trato totalmente repudiable, pero nosotros los inquilinos no teníamos donde más ir por tan poco dinero y terminábamos aceptando eso.
    
    - ¡Espere por favor! - al final me dirigí hacia la puerta solamente cubierta por la toalla. De mi billetera saqué el dinero requerido. Abrí levemente la puerta e intente pasarle el dinero por ahí, sin embargo ...
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