El bufete del sexo
Fecha: 14/09/2023,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cliente, estamos apurados de dinero para pagar los gastos del bufete y vivir nosotros.
El sábado por la mañana me fui a pasar el trasnoche con Mari Carmen. Llegué a su casa sobre las doce de la mañana. Mari Carmen había cogido la costumbre de estar desnuda en su casa, lo cual por una parte era muy gratificante, pero por otra me tenía todo el tiempo más caliente todavía.
- Mari Carmen, te he dicho que estás cada día más buena. –Le dije cuando me abrió la puerta-.
- Anda ya, si me estoy haciendo mayor. –Respondió ella con coquetería-.
Yo me desnudaba también al llegar a su casa, no tenía mucho sentido que ella fuera desnuda y yo vestido. Ver las grandes y bonitas tetas de Mari Carmen me excitaba tanto, que me pasaba la mayor parte del tiempo empalmado.
- Iba a ducharme, había pensado que saliéramos a tomar un vino y a comer. ¿Te parece?
- Claro.
- ¿Te apetece mirarme mientras me ducho? –Me dijo abrazándome-.
Como he dicho antes Mari Carmen y yo habíamos sido novios de adolescentes unos dos años. En esa época ella estaba tan acomplejada por el tamaño de sus tetas, que no me dejó nunca que se las viera o se las tocara. Mirarla ahora, cuando duchándose se sobaba las tetas, me excitaba tanto, que unas veces terminábamos follando y otras haciéndonos cada uno una paja.
La seguí al baño, ella entró al plato de ducha y abrió el rociador, dejando caer el agua sobre sus grandes tetas. Cogió el gel y se lo fue extendiendo por todo su cuerpo con especial ...
... insistencia en sus tetas. Ella actuaba como si estuviera sola en el baño, pero iba dándose vueltas para que yo la viera por todas partes. Cuando ya se había aclarado el jabón, empezó a acariciarse suavemente su depilado chocho, mientras le seguía cayendo el agua por el cuerpo. Yo comencé a hacerme una paja sin poder dejar de mirarla. Ella miraba como yo subía y bajaba mi mano por mi polla y yo la miraba como ella se hacía un dedo con las piernas un poco abiertas. No pude más y entré con ella al plato de ducha para besarla.
- Sigue haciéndote la paja, me pone mucho mirarte –me susurró-.
- Y a mí ver cómo te vas excitando cada vez más.
- Carlos, bésame las tetas.
Le puse una mano en su culo, la atraje hacia mí y comencé a besarle las tetas sin dejar de pajearme. Ella con una mano se abría el chocho y con la otra se acariciaba el clítoris.
- Me voy a correr, córrete conmigo. –Me dijo-.
Yo aceleré el movimiento de mi mano y tampoco iba a tardar en correrme.
- ¡Ahora Carlos, ahora, córrete!
- ¡Aaaagggg! –Grite cuando empecé a correrme sobre su barriga-.
Nos sentamos los dos en el plato de ducha para recuperar el aliento.
- Somos unos pajilleros pervertidos y me encanta –me dijo-.
Terminamos de ducharnos y de vestirnos y salimos a comer. Era temprano y nos sentamos primero a tomar un vino en una terraza.
- ¿Qué tal la reunión con Mónica? –Me preguntó Mari Carmen-.
- Muy bien, parece una mujer muy competente.
- Y lo es.
- Me dijo que nos ibais a ...