El bufete del sexo
Fecha: 14/09/2023,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... enviar a unos clientes mejicanos para que les asesorásemos en algunas ciudades.
- ¡Qué bien para vosotros, creo que es un buen cliente!
- ¿Tú los conoces?
- Sí, han estado varias veces en el bufete, aunque yo no he estado en ninguna reunión con ellos.
- ¿Quiénes son los que han estado?
- Un hombre llamado Mario, que creo que es el director de expansión internacional de la empresa y una mujer llamada Susana, que es la directora de la empresa en España. Por cierto y para que yo lo diga, vaya par de tetas que carga. No voy a decir que las mías se queden pequeñas, pero yo creo que sus tetas son todavía más grandes.
Las tetas de la tal Susana debían de llamar la atención, porque tanto Mónica como Mari Carmen me las habían comentado al hablar de ella.
Pasamos una tarde-noche muy agradable y regresé a Sevilla para comer con mis padres. Cuando volví a mi apartamento, encendí el ordenador y tenía un correo de Mónica con información sobre los clientes y lo que querían de nosotros. La empresa se llamaba RESMEX (Restaurantes Mexicanos), al parecer tenían una muy buena implantación en su país, y en general en toda América, y estaban empezando a implantarse en Europa. En España habían escogido diez ciudades, entre ellas Sevilla, Málaga-Costa del Sol y Bahía de Cádiz, que eran el objeto de nuestro trabajo. Nuestra misión era asesorarles en la elección de locales, contratos de compra, proyectos técnicos, licencias,…etc. Me pasé el resto de la tarde intentando enterarme ...
... algo de esos temas.
Por la mañana del lunes estaba un tanto inquieto por dos cuestiones, el cliente podía ser muy importante para nosotros y, por tanto, era una responsabilidad grande para mí causarles una buena impresión y, por otro lado, por las tetas de la tal Susana, ya sé que puede parecer frívolo, pero qué hombre no estaría inquieto con lo que me habían dicho sobre ellas. A las doce más o menos llamaron a la puerta, habíamos quedado que Antonia los recibiría, se presentaría y los acompañaría a nuestra pequeña sala de reuniones.
- Carlos ya han llegado, están en la sala de reuniones.
- Gracias Antonia, a ver si va todo bien.
Entré en la sala de reuniones y había dos personas de pie, un hombre que debía ser Mario mirando hacia la puerta y una mujer de espaldas mirando por la ventana y hablando por el móvil. El hombre se vino hacia mí extendiendo el brazo para saludarme.
- Buenos días soy Mario, director de expansión internacional de RESMEX.
- Encantado soy Carlos, socio del bufete.
- Perdone a Susana, pero ha tenido que coger el teléfono, era una llamada importante desde México.
- No se preocupe, por favor, siéntese.
- Gracias -dijo Mario sentándose, yo me quedé de pie hasta que Susana terminara de hablar-.
A contraluz en la ventana percibía una bonita forma de mujer. Llevaba una camisa blanca entallada y una falda estrecha roja por encima de la rodilla, que le hacía un culo de ensueño. Mediría sobre un metro sesenta, pero calzaba unos zapatos ...