Mi prima y yo - Relatos Eróticos

Mi prima y yo

... quiero defraudarle por que se que él ha estado antes con otras chicas.

- ¿Y qué?

- Pues que he pensado en que perdamos juntos la virginidad, así no seremos novatos cuando nos acostemos con nuestras parejas.

- Yo no tengo novia

- Lo sé, pero para cuando la tengas ¿te gustaría quedar bien no?

- Claro, pero Andrea es que somos primos

- Bueno, y que pasa, tu eres un hombre y yo una mujer, además que no soy tonta, ¿que te crees que no se que cada vez que has venido, me espiabas duchándome desde los 15 años?

- Pero esto es diferente

- ¡Pero si hace un momento se te caí la baba viendo como movía mi culo cuando subía las escaleras!

- No sé, es que… - No me dejó terminar, se acercó a mí y me dio un beso en los labios que de lo inesperado, provocó que me empalmara.

- ¿Lo ves, tu polla no miente?

Continuó besándome y yo culeaba en dirección a la pared, después cogió mis manos y las juntó por encima de mi cabeza y sin yo percatarme, sacó unas esposas de debajo de la cama y utilizó el cabecero de forja para atarme.

- ¿Pero qué haces?

- Así no puedes moverte primito.

- Te has vuelto loca

- Sí, entonces no te gustará lo que te voy hacer- dijo bajando hasta mi entrepierna – mmm, tienes la polla muy erecta y dura

- Andrea por favor

- Shhh, déjate llevar ¿de qué tienes miedo? Estamos solos nadie se tiene por que enterar si no lo contamos, será nuestro secreto.

Sin dejarme hablar, empezó a chuparme la polla, sus labios la apretaban mientras ...

... subía y bajaba lentamente, luego con su juguetona lengua, me lamía sensualmente los huevos, continuaba subiendo hasta la punta y seguía con movimientos suaves alrededor del capullo, también de vez en cuando introducía la puntita de la lengua en el agujerito y mi polla empezaba a palpitar del placer que mi prima me estaba proporcionando.

- ¿Te gusta Diego?

- ¡Dios, me encanta!

- ¿Quieres que pare?

- ¡No, no, continua! ¡a la mierda con todo, un día es un día!

- Así me gusta

Empezó a acariciarme los muslos, recorrió mi abdomen con su lengua hasta llegar a mi pecho, lamió mis pezones despacito y con movimientos circulares, de vez en cuando los mordía, mi polla cada vez estaba más dura.

Después se puso encima de mi cara y me pidió que le comiera el coño.

- Venga primo, saca tu lengua, así, chúpalo así, mmm, no te olvides del clítoris, lámelo muy deprisa.

- Mmm, si ¿te gusta? ¿te lo estoy comiendo bien?

- Uff, si, méteme la lengua dentro como si fuera tu polla.

- ¿así, hacia fuera y hacia dentro?

- Si, así, mmm, chúpalo, mmm así, mmm, ohh, que bien lo haces ¿sientes como me humedezco por ti?

- Siii

- Bebe mi juguito

- Uff Andrea que rico lo tienes – dije mientras con mis labios sorbía su líquido.

Luego, ella se puso encima de mí polla, empezó a jugar su coño, lo restregaba por mi verga, hacía amagos como si la fuera a meter y se apartaba y lo hacía muy seguido, yo no paraba de jadear, mi nabo empezaba a gotear, entonces, se apartó, y ...