1. El Esclavo


    Fecha: 17/09/2021, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Maximus, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... calentura. 
    -Amo, amo, por favor no me cojas, te lo pido por piedad…
    Dijo mi joven esclavo y luego escondió su cabeza en las sábanas de la cama y empezó a sollozar. La estaba haciendo mucho de emoción ¡y eso que aún no se la había metido! 
    -Hablarás cuando se te diga perro!
    Le grité y empecé a soltarle de nalgadas.
    -¡Para que llores por algo de verdad! 
    Y continué golpeándole sus cachetotes hasta que empezaron a pintarse color cereza. 
    -¡Crei que había comprado un hombre, no un puto! 
    -¡Si soy, si soy un hombre!
    Gritó Skýlos con fuerza y vi como todos sus músculos se tensaron por el grito. Dejé de darle nalgadas y empecé a acariciar una de sus piernas velludas. 
    -Me vas a mamar la verga, como el hombre que eres, y si no lo haces bien, te meteré un palo en el culo y te sacaré a pasear a la calle como el perro que eres.
    -¡Sí, señor!
    Dijo y noté que puso la voz más varonil que pudo. 
    -Desátenlo. 
    Le ordené a mis esclavos y ellos soltaron a Skýlos. Él se quedó tendido boca abajo en la cama, sin moverse y con la respiración agitada. Poco a poco se empezó a dar la vuelta y vi su rostro rojo de coraje. Sus ojos estaban llorosos y tenía el ceño fruncido. ¡Seguía sin estar del todo domado el cabroncete! 
    -Ven aquí.
    Le ordené y yo señalé mi herramienta. Skýlos avanzó lentamente hasta el borde de la cama y se sentó.
    -¿Ahora sí vas a mamar como un hombre, verdad? 
    El muchacho no dijo nada, pero se notaba que estaba muy enojado. Agarró con fuerza mi verga con una mano y ...
    ... empezó a bombearme.
    -Así me gusta. Por cierto… No te he puesto tu collar.
    Hice una señal y uno de mis esclavos le puso a Skýlos un collar de plata con una placa que decía: “Propiedad de Máximus Romulus. Si escapa o se pierde entregar al dueño” El collar fue sellado y se volvió la única pieza de “ropa” que traía puesta.
    El muchacho me miraba directo a los ojos. Tenía unos ojos cafés profundos y llenos de virilidad. Abrió la boca y se sambutió la cabeza de mi verga de un golpe. Yo solté un gemido de placer por la inesperada bienvenida. Skýlos mamaba verga como profesional, sus labios carnosos apretaban muy rico y su lengua jugaba a veces con el tronco de mi hombría. 
    -¿Ya ves perro? ¿Qué te costaba portarte bien desde un principio? Si sigues comportándote como un buen perro puede que te de un taparrabo para que te cubras ese pitito bonito que tienes jejeje. 
    Dije y al carajito se le pusieron los cachetes rojos de vergüenza. Desde mi posición repasé con mi vista su cuerpo juvenil y me di cuenta que estaba decentemente trabajado. Tenía el pecho y la espalda anchas, la cintura estrecha, una nalgotas (que eran mi parte favorita de él), unos brazos trabajados, su vientre planito, y unas piernas gruesas cubiertas de pelitos negros. Me dio curiosidad saber un poco más de él así que le pregunté que a qué se dedicaba antes de ser capturado. Skýlos sacó mi pene de su boca, se limpió con el antebrazo y me contestó -antes trabajaba en una granja con mis padres y mis hermanos, señor. ...
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