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Miradas: El comienzo de una historia
Fecha: 01/07/2018, Categorías: Infidelidad Autor: dulceymorboso, Fuente: CuentoRelatos
... acogedor y sin pasar frío y por eso quería haceros una invitación que me gustaría que aceptarais. -Que proposición? -dijo el muchacho mirando a su novia y después a ese señor. -Me gustaría ofreceros mi casa… -Su casa? -esta vez fue la joven quien hizo la pregunta asombrada. -Así es, yo vivo solo y me gustaría ofreceros mi casa para que no tengáis que estar aquí en el parque pasando frío para poder estar juntos. -Pero tendríamos que pagarle algo como si fuera un hostal? -No, no... será totalmente gratis. Simplemente a cambio os pediría que me dejarais ver como os queréis. -Vernos?… -los muchachos sintieron vergüenza al pensar en esa situación. -Si, pero tranquilos, yo estaría sentado en un rincón de la habitación y prácticamente ni os daréis cuenta que este allí. Ellos se miraron con una mezcla de vergüenza y como preguntándole al otro con la mirada que opinaba de lo que les acababa de ofrecer ese señor. Damián se dio cuenta que necesitarían hablarlo. -No os preocupéis. Mirar, el portal de mi casa es ese y el piso es el segundo. Lo pensáis y mañana si queréis me llamáis en el telefonillo y ya os abro. Vale? -Vale, mañana le diremos que decidimos. -Hasta mañana pareja -Damián se alejó feliz de haber logrado dar ese paso de realizarles esa propuesta. Para Damián aquellas horas se le hicieron interminables. Por la noche volvió a pensar en aquella pareja de adolescentes. Se imaginó cómo sería aquella chiquilla desnuda. Volvió a masturbarse ...
... pensando en ella. Por fin había llegado la tarde. El día anterior había hablado con esos jóvenes y estaba muy nervioso e impaciente por saber que habían decidido. Se asomó a la ventana muchas veces con la esperanza de verlos y desconcertado veía aquel banco del parque vacío. Se temió que se hubieran enfadado por recibir aquella propuesta. Avergonzado comprobó que tenía miedo de no volver a verlos aunque fuera en la distancia. Eran las siete y volvió a asomarse a la ventana. Comenzaba a reprocharse el haber bajado la tarde anterior y decirles aquello. De pronto el sonido del timbre lo devolvió a la realidad. Serían ellos? Se apuró en acercarse a la cocina y coger el telefonillo. Su voz sonó nerviosa al preguntar quién era. -Damián, somos nosotros… -era la voz del muchacho- nos abre? -Subir… -su corazón comenzó a latir como hacía muchos años que no lo hacía. Les abrió la puerta y allí los vio acercarse. No pudo evitar mirar disimuladamente de arriba a abajo a la chiquilla. Estaba muy guapa con aquel vestido azul. Ellos se acercaron a la puerta y parecían dos corderillos asustados. Los mandó pasar e intentó tranquilizarlos. Intentando hacerlos sentir cómodos les propuso tomar unos refrescos en el salón y así relajarse un poco. Ellos le dijeron que se llamaban Nuria y Carlos y que tenían diecisiete años. Como se había imaginado ambos estudiaban. Damián los observaba en especial a Nuria. Tenía un cuerpo muy bonito y su rostro era aniñado. Hablaban y en ningún momento ...