ATENDIENDO A LA COMADRE - Relatos Eróticos

ATENDIENDO A LA COMADRE

... mostrando sus redondos y bellos senos de aureolas rosaditas, unos pezones de ensueños, los lamí suavemente, recién escuche por favor no sea malo, respéteme, déjeme o grito, seguía jugueteando sus pezones ya duros, resoplaba no se si de miedo o placer.
Levante su vestido, toque su abultada vulva, le suplico no siga, bajo su manos como impidiendo, aproveche en que tocara mi verga, las quito pero por insistencia la hice que lo agarre a la fuerza, siéntalo comadrita mire como me tiene, hasta que por fin lo sujeto a 2 manos, dijo esto es un mostro; irónicamente le susurre lo quisiera tener entre sus piernas, madre santa con esto me destrozas, no crea y metiéndole los dedos en su cueva que ya estaba lubricada de la calentura que le había provocado, mire comadrita su coño arde y  mojada, sé que Javi la tiene olvidada, la seguía manoseando a mi gusto, hacia resistencia hasta que cedió, compadrito en la situación que me pone, nunca le ha faltado no me haga esto por favor, no quiero pecar, almas benditas me perdonen.
La lleve al dormitorio, nos tumbamos en la cama, acerque mi rostro al suyo, lentamente sin mediar palabra nuestros labios se unieron en un furtivo beso que luego se volvió frenético, nuestras lenguas libraban una feroz batalla enjuagadas de saliva, era un pulpo le acariciaba desesperadamente el culo, nos desnudamos de inmediato, comadre que belleza de cuerpo ha escondido siempre debajo de estos largos trajes, ud es una musa de la perfección.
Le bese cada centímetro ...

... cuadrado de su cuerpo, mi lengua opresora bajo desde su cuello hasta su firme abdomen, llegando al frondoso coño, se arqueaba, balbuceaba como un reclamo de hembra en celo que busca al macho alfa para ser poseída, aspire su aroma vaginal trastornador, saboreaba sus líquidos vaginales, ella suspirada del gusto, luego apunte la cabeza de mi pene a la entrada de su fogosa raja, recorrí sus labios lubricados de arriba hacia abajo, con el glande a la entrada empuje despacito encontrando cierta dificultad por su estrechez, lentamente y de a pocos le fui enterrando todo el pedazo de carne, me desgarra compadrito téngame piedad pero a la vez habría más las piernas para dar pase al invasor, se mordía los labios, chillaba como una loca, lo estaba disfrutando como nunca.
Acelere la bombeada, la lleve al éxtasis del deseo, estrujaba la cobija, hasta que pronto agarro el ritmo pélvico, sistemáticamente baje las revoluciones quedando quieto por unos segundos, cuando escuche no sea desgraciado compadre no pare, siga que me vengo, sus palabras motivaron a que las embestidas sean más intensas, la penetraba con ahínco, nuestros sexos encharcados y fundidos en un solo cuerpo seguían en un goce desmedido, le gusta comadre, ufff es una delicia, un manjar que no quiero que se acabe dele compadrito, métamelo todito, levantaba sus caderas, las empujaba como que le faltara más verga, esta exquisito nunca había sentido estas sensaciones placenteras que me da compadre, desde ahora tendrá que darme mayor ...