1. Una sola vez


    Fecha: 30/11/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Follet, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Renata siempre me había gustado, era una chica muy guapa, con unos ojos grandes negrísimos, una boca pequeña con las comisuras hacia arriba que la hacían verse muy besable, su cabello lo usaba debajo de los hombros, a veces rizado natural, otras veces lo alaciaba, aunque su cuerpo era delgado, tenía unos pechos y unas nalgas que quitaban la respiración, cuando caminaba, sus pechos rebotaban y sus nalgas se movían de una manera que todos volteaban a verla, generalmente usaba vestidos o faldas, muy pocas veces pantalón, el efecto que causaba era el mismo.
    
    Ella sabía que me gustaba porque se lo dije varias veces, nunca pasamos de unos besos y algunas caricias, cuando la cosa empezaba a pasar de tono me ponía sus manos en el pecho y me retiraba, me costaba trabajo soltar sus nalgas, en fin, las cinco veces que ocurrió siempre me dejaba prendido, yo pensaba que seguramente se debía a la diferencia de edades, yo tenía 42 y ella 31 años.  Seguimos como amigos, aunque no perdía la esperanza de tenerla.
    
    Un buen día me invitó a desayunar, quedamos en el mismo lugar que acostumbrábamos, cuando llegué estaba en la mesa con un chico que me resultaba conocido, la noticia que quería darme es que estaban viviendo juntos, la noticia me cayó como balde agua helada, aunque sospechaba que tenía alguna relación nunca le había conocido algún novio, puse mi mejor cara los felicite, me puse a sus órdenes, pero la rabia me consumía, cuando ella se levantó para ir al baño, le pregunté a ...
    ... Antonio si ella le había hablado de mi, la respuesta fue positiva, me dijo que sabia que yo era mas que un amigo, como un protector, alguien de la familia, sólo le respondí que yo la quería mucho y que les deseaba lo mejor en su relación.
    
    Mantuve la comunicación con Renata, me contaba que las cosas iban bien, que se querían mucho, etc. etc.
    
    Casi un año después, me llamó para invitarme a desayunar, me dijo que iría sola, llegué al lugar de siempre, la vi demacrada, marchita, me dijo que Antonio se había ido después de una discusión, se soltó a llorar, le ofrecí mi hombro, lloró un poco más, le dije lo que se dice en esos casos y le ofrecí que se fuera unos días a mi casa que estaba fuera de la Ciudad, le dije que estaba sola, únicamente iba el matrimonio que me ayudaba a limpiarla y a cuidar el jardín, Renata aceptó, me ofrecí a llevarla pero se negó, me dijo que lo haría en su auto.
    
    Salió al día siguiente, martes, al llegar a la casa me llamó para decirme que ya estaba instalada, que le gustaba mucho la casa, le llamé los dos días siguientes, por la mañana y por la noche.  El viernes, después del mediodía, decidí visitarla sin avisarle, pasé por algunas cosas para la despensa y algunas botellas de vino y otros licores.
    
    Entré a la casa y me encontré a Rosa haciendo la limpieza, la saludé y le pregunté por Renata, me dijo que estaba atrás en la alberca, fui hacia allá y lo que vi me dejó pasmado, estaba de pie, de espaldas, con un biquini blanco que hacía resaltar su ...
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