Una sola vez - Relatos Eróticos

Una sola vez

... que eso se terminara, sus gemidos acompañaban mi movimiento, poco a poco fui acelerando el ritmo, sus gemidos aumentaron, ¡volvió a venirse! Y al darme cuenta empujé hasta el fondo varias veces, gimió muy fuerte y me vine dentro de ella, muy fuerte, me quedé ahí hasta que me recuperé, saqué la verga, la ayudé a levantarse, volvimos a ducharnos y fuimos a la cama.

Era una belleza, nos dormimos exhaustos.

Al día siguiente, la alcancé en la ducha y esta vez ella se sentó en el borde de la tina y me propinó una mamada de campeonato, terminamos la ducha, nos vestimos y salimos a desayunar, pasamos todo el día fuera, regresamos a la casa y fuimos directo a la recamara, ya no entramos al baño, directamente a la cama, disfruté todo su cuerpo, lo gocé todo, varias veces, mi sueño se estaba haciendo realidad, finalmente nos dormimos.

El domingo decidió que nos quedáramos en la casa, nos plantamos en el jardín y nuevamente dimos rienda suelta al sexo, no me explicaba la razón por la que Antonio había decidido marcharse y dejar a una chica con la el sexo ...

... era una maravilla, no había inhibiciones, no había tapujos, sabía disfrutarlo.

Pero la felicidad no es para siempre, cerca de las cuatro de la tarde me notificó que había decidido regresar a la Ciudad y buscar a Antonio, me dijo que la había pasado muy bien, que era algo que nos debíamos pero que realmente amaba a Antonio y quería hacer su vida con él.  No insistí en lo contrario y sólo le pedí que lo hiciéramos una vez más como despedida, me acerqué a ella, la abracé, la llevé aun sofá, y ahí, con la ropa puesta, subí su vestido, bajé las bragas, la hice darse la vuelta y se la clavé por atrás, primero en el coño hasta hacer que se viniera y luego por el culo, volvió a venirse y me vine dentro de ella, nos incorporamos, fue al baño a asearse, salió, me dio un beso, la acompañé a su auto y nos despedimos.

Regresé a la Ciudad al día siguiente, unas semanas después me llamó, me dijo que había regresado Antonio y me prometió que nos veríamos después.

En efecto, seguimos viéndonos pero ya no he tenido la oportunidad de disfrutar del cuerpo de Renata.