Soñando con mi madre - Relatos Eróticos

Soñando con mi madre

... ella. Y cuando digo sexo, no digo “hacer el amor”. A ella la amo porque es mi madre y punto. Por eso, cuando digo tener sexo, pienso solamente en garchar ilimitadamente, dar rienda suelta a nuestros cuerpos, plena libertad a nuestras fantasías y permiso para que ambos, de común acuerdo, nos hagamos las chanchadas más groseras. Hacer nuestra propia película pornográfica. Ese era mi sueño más profundo.
Debo decir que el tiempo pasó y que nunca tuve ocasión de poder insinuar algo con ella. Ni tampoco puedo decir que en todos estos años, ella se haya insinuado algo conmigo o dejara entender alguna indirecta. Nada de nada. Algunos dicen que todos (hombres y mujeres) reprimimos nuestros deseos de tener sexo con nuestros seres queridos y que por lo tanto, si la circunstancias lo permiten, siendo ya adultos ambos y consentidas las acciones, la posibilidad de incestar es bastante común. Dicen que el incesto no es solo fantasía, sino también realidad, pero que dado el tabú que encierra el tema, nadie hace públicas sus relaciones filiales íntimas.
No sé si esas teorías serán ciertas o no. A mi, nunca se me dio. Siempre fue todo fantasía, imaginación. Idealización de mi mente que imaginaba muchas cosas. Pero hace poco, tuve algo interesante para destacar. No fue sexo con mi madre. No fue ninguna insinuación. No fue nada concreto. Pero fue un sueño muy patente, donde pude ver como cogíamos desaforadamente con mi madre.
Yo venía de una noche de copas con una amiga y a pesar de haber ...

... coqueteado un poco en un bar, la cosa no pasó a mayores. Quedé caliente por no poder concretar y tenía ganas de hacerme una paja al llegar a mi departamento, pero como había tomado algo de más estaba bastante cansado, con un poco de dolor de cabeza. La paja se disipó a fuerza de energía, pero en cambio, mi mente, entre dormida, recordó la figura de madre y empezó a delirar. Imaginaba a Roxana no como es ahora (que está muy linda y cogible), sino que me imaginaba a mi madre cuando ella tenía menos de cuarenta, 38 digamos. Como cuando la escuchaba coger con ese tipo. Poco a poco me fui quedando completamente dormido y el sueño erótico se transformó en una película porno. Mi sueño estaba cumpliendo mi sueño. Pero la cosa era rara. Yo tenía mi misma edad y mi madre menos. Pero era claro en el sueño que ella era madre. Nítido fue todo lo que ví y escuché en el sueño. 
La cosa fue así: soné que debía viajar con mi madre a Montevideo (somos de Buenos Aires) porque debía actuar en un espectáculo en el Uruguay. Tomábamos el barco y ya en el camarote, había habido alguna insinuación de su parte. Tuvimos un roce, semi-desnudos ,pero nada mas. El sueño siguió llegando al hotel de Montevideo y ahí sí que la cosa se puso picante: sin muchos rodeos (el sueño no sigue guión alguno) mi madre Roxana me ordenó que me la cogiera de manera inmediata.
Recuerdo que la desvestía y le besaba los hombros, le besaba el cuello y la oreja, parado desde atrás, frente a un espejo. Por allí, podía ver como ...