Soñando con mi madre - Relatos Eróticos

Soñando con mi madre

... mi madre se excitaba y como se tocaba la concha y se masturbaba. Entonces la ayudaba a masturbarse y me dijo patente: “pajéame bebe”.
También recuerdo que la pija se me ponía muy dura y que se la apoyaba en ese tremendo culo que Dios le regaló. Franeleaba y también nos besábamos locamente. En un momento me dijo : “Cógeme, hijo, cogéte a mamita” y entonces nos tirábamos en la cama y le bajaba la bombacha. Le metía el dedo en la concha y se la chupaba. Ella gritaba como una puta y pedía a gritos que le clavara la verga bien adentro. Antes de eso, me abalancé sobre ella (ella estaba acostada) y le puse la pija en la boca. Abrió su boca con cara de morbo, sacó la lengua y le dio un primer lenguatazo. Luego, se la tragó con todo, como corresponde, y me la empezó a chupar desaforadamente. 
Cogéme, cogéme, gritaba en el sueño. Entonces, se la saqué de la boca y se la puse estilo misionero. Veia como si fuera en una película porno como mi pija taladraba su concha peluda. Tac tac tac… le daba con todo y la cama crujía. Recuerdo ver como mi madre se balanceaba y hacía bailar sus inmensas tetas. 
Después recuerdo que ella gritaba groserías que no llegué a identificar, pero si recuerdo ...

... que me dijo: “quiero más pija”. 
Otra imagen que me vino fue verme ponérsela en cuatro y cogerla estilo perro. La agarraba del culote mientras ella apoyaba su cara contra el colchón y gemía de placer. En fin, el sueño por suerte no se cortó y siguió hasta el final: pude ver cómo, luego de chuparle las tetas, le pedía una paja turca: “mami, quiero acabarte en las tetas”, le decía. Ella me dejaba. Me senté arriba de ella y le empecé a coger las tetas. Ella amasaba muy bien sus gomas contra mi pija y en un momento, agarré la verga, me pajeé un poco y le dije: tomá mamita, te doy mi lechita y veía como toda mi leche caía en sus tremendas tetas. 
Recuerdo que ella puso cara de satisfacción y me desperté. Cuando tomé conciencia del sueño que tuve, me di cuenta de que estaba con la pija al palo y con varias manchas blancas que habían amagado a salir. No aguanté más y me masturbé un toque y al minuto, la leche salió a raudales. 
Todo fue un sueño, hermoso. Pero nada de esto ha sido real. Me gustaría que alguna vez, lo mismo que pasó en el sueño pasara en la realidad. Sería la fantasía edípica más excitante y lujuriosa de mi vida. Que ganas tengo de cogerme a Roxana, mi hermosa madre.