1. In vitro 2


    Fecha: 07/07/2018, Categorías: Infidelidad Autor: murgis, Fuente: RelatosEróticos

    ... reconocer que tenía un buen físico.
    
    Nos saludamos. Se sentó enfrente de mí y pidió un café. Tenía la extraña sensación de que él ya sabía lo que me traía entre manos, y eso le hacía sentirse especial, sentirse deseado.
    
    -Bueno Raúl, tú dirás. ¿Qué es eso que querías proponerme? ¿Es algún negocio?
    
    -Qué va. Más bien es algo entre Marta y yo. Algo de pareja. No sé si me explico.
    
    -Pues no. No te explicas. ¡Ya sabes que a mí me gustan las cosas muy mascadas!
    
    Miré unos segundos a través del cristal. Oscurecía. Me hipnotizó el suave caminar de los viandantes y pensé en cada una de sus vidas, tan distintas, cada uno con su propio destino, con sus risas y sus penas. Desperté de mi ensimismamiento cuando Nacho me tocó el brazo.
    
    -¿Estás bien Raúl?
    
    -Sí, perdona. Es que esto es importante para mí.
    
    -¡Dispara coño! ¿Qué quieres de mí?
    
    Le conté nuestra desgracia. Todo, paso por paso, desde que fuimos la primera vez al médico hasta aquellas pajas tristes que me cascaba en habitaciones igual de tristes que mis pensamientos. Le conté lo de las malditas salas de espera. Las profundas decepciones un mes y otro mes. Le hice partícipe de mi agonía, de mi malestar. De mi vergüenza. Le conté lo mal que lo estábamos pasando. Marta especialmente. Ella quería tener un hijo a toda costa. Ser madre. Sentir como la vida se abría paso en su interior. Amar a esa criatura mil veces más de lo que uno puede amarse a sí mismo…
    
    En veinte minutos le puse al día de nuestras míseras ...
    ... relaciones sexuales. De aquellos fríos orgasmos. De aquellos incómodos despertares horas antes de que sonase el despertador, con la mirada perdida en la oscuridad. De como la felicidad fue menguando hasta convertirnos en una pareja estéril. En mis palabras podía notarse la amarga agonía silenciosa de mil palabras jamás pronunciadas.
    
    Nacho asentía mientras yo le contaba nuestra historia. Rara vez me interrumpió. Dejó que me vaciase por dentro.
    
    Tras mi relato, un extraño silencio se apoderó de la cafetería. Las dos chicas de la barra se habían marchado y el camarero leía tranquilamente una revista.
    
    Por fin Nacho rompió el silencio:
    
    -Lo siento Raúl. Eres mi amigo y aunque no nos hayamos visto en estos años siempre has sido alguien especial para mí. Siento que estéis así de mal por la jodienda del niño. ¿Pero qué coño pinto yo en todo eso?
    
    -Pintas más de lo que crees….
    
    -¡Pues dispara joder! ¡Me estás haciendo sentir mal con todo esto tío!
    
    -Está bien Nacho. Quiero que te acuestes con mi mujer y que la dejes embarazada.
    
    Nacho se recostó en la silla mirándome fijamente. Cruzó los brazos. Se quedó pensando unos segundos. En su cara se dibujaba una tenue sonrisa, aunque era obvio que se había sorprendido con mis palabras. Tomó aire y se incorporó.
    
    -Mira Raúl, amigo. Lo que me pides tiene que ser fruto de la desesperación. ¿Lo habéis pensado bien?
    
    -Bueno, estas cosas se piensan todo lo bien que uno puede pensarlas. Pero creo que estamos preparados para dar el ...
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