Desvirgando a la vecina - Relatos Eróticos

Desvirgando a la vecina

... acariciaba sus brazos y sutilmente la.tomaba de la cintura para acercarla a mi.
- Estás nerviosa?
- Un poco, no todas la veces es tu primera vez.
- Lo sé, y descuida. Que está primera vez será la mejor de todas las que tengas - le contesté y al instante mismo nos comenzamos a besar. Era raro pero bastante bueno aquel primer beso. Era raro el pensar que estaba besando a alguien que veía seguido, pero besaba bastante bien. La confianza se fue dando para empezar a chocar lenguas. Ella se separó de mis labios y comenzó a besar mis mejillas y cuello mientras reía dichosamente. Tomo los botones de mi camisa y comenzó a desabotonarla hasta que mi pecho quedó al desnudo. Comenzó a besarlo y pasar su lengua por todo esté. Yo suspiraba y volteaba al techo, su lengua se sentía tan bien que poco a poco comenzó a calentarme más. Volvimos a besarnos, pero mis manos ya estaban muy inquietas y se postraron sobre sus nalgas. Yo las acariciaba y apretaba, como si quisiera arrancarle el pantalón y que salieran de ahí. Esto también le gustaba a Camila que empezó a desenvolverse más. Rápidamente me quito el pantalón para estar en boxer solamente, este último no duró mucho conmigo, y en un abrir y cerrar de ojos ya tenía a Camila frente a mi verga. Ella la observaba y la acariciaba con cautela. Estaba lista para llevársela a la boca, y yo estaba listo también para que me diera una buena mamada, pero la detuve.
- Espera, que haces? 
- Que? No quieres?
- Está noche no se trata de mi, se ...

... trata de ti Cami. Ya habrá tiempo para lo que quiera.
La levante del suelo y la acosté en la cama. Busque rápidamente un condón entre mis cosas antes de empezar a quitarle el pantalón y la tanga. Me detuve un momento para placer mío y llevarme los dedos de sus pies a mi boca. No sé porque, simplemente los ví y me parecieron irrestibles. Después de este capricho mío, puse el condón en su debido lugar. Lo hice antes de que las ganas de zambullir mi boca en su vagina se apoderarán de mi, lo haría, sino fuera porque había que ser "rápidos" antes de que en la fiesta notarán que Camila no estaba. La tomé de la cintura y la traje hacia mí.
- Lista?
- Es en lo único que he pensado los últimos meses.
Delicadamente metí mi verga en su vagina. Nunca había desvirgado a alguien, es una sensación única. Su puchita estaba sumamente estrecha, era una exquisitez tremenda sacar y meter mi verga en aquella vagina, y lo era aún más cuando pensaba que yo era el primer hombre en estar con Camila, eso fue quiza lo que más me excitó. Ella me abrazaba con las piernas mientras jadeaba sin parar.
- Está bien así? - le pregunté para asegurarme que no la estaba lastimando.
- Uhh si, está todo bien.
Yo me seguía meciendo sobre ella que no sabía que hacer más que disfrutar el momento. Tome sus manos y las puse sobre sus tetas.
- Aprietalas, eso te hará gozar aún más.
Ella me hizo caso y estrujaba con fuerza sus tetas mientras sus gemidos crecían.
- Oh Dios mío, oh Dios mío - gritaba con los ojos ...