Desvirgando a la vecina - Relatos Eróticos

Desvirgando a la vecina

... cerrados mientras tomaba con fuerza sus tetas - esto es mejor de lo que imaginé, eres el mejor.
Esas palabras no hacían más que ponerme más caliente de lo que ya estaba, eso y sumado con que gritaba mi nombre con una sensualidad tremenda. El impulso se apoderó de mi, saque mi verga y la puse en cuatro. En ese momento la cautela se esfumó, yo ya era un toro salvaje al ver sus nalgas rebotar mientras le daba la cogida de su vida. La tomaba del cuello para tener más impulso mientras ella gemía como loca. Ya no pude resistir más y me vine dentro de ella mientras enterraba más.mi verga para sacar lo último de esperma dentro de mi. Ella cayó rendida sobre la cama, yo la acompañe después de ir a tirar el condón al baño. 
- Eso fue increíble - me decía mientras me besaba e intentaba recuperar el aliento.
- No, tu lo eres.
Nos besamos ahora con una ternura que dejaba de lado la locura de hace unos minutos. Ella se puso de rodillas sobre la cama y deshizo de su blusa y de inmediato de su brasier también. Sus tetas habían quedado desnudas frente a mi, como una especie de agradecimiento de ella hacia mi.
- Se que no son muy grandes pero...
- Pero para mí son perfectas - le contestaba. Me puse sobre ellas para besarlas, lamerlas, apretarlas, todo lo que me permitiera ella. Eso la excitaba otra vez y a mi también, comenzaba mi verga a pararse otra vez deseosas de seguir por más, pero el celular de Camila sonó. Ya estaban preguntando por ella. Para que no se alarmaron tuvimos que vestirnos rápido y bajar de nueva cuenta.
- Descuida, ya habrá tiempo para más - le decía mientras le dejaba un beso en la mejilla.
Y vaya que después habría tiempo para más, pero ya no con aquella niña, sino con toda una mujer en la que se convirtió Camila.