Mi vida secreta con mama - Relatos Eróticos

Mi vida secreta con mama

Desde muy temprana edad me sentí atraído por mi madre, siempre tuvimos un trato especial, cuando estábamos solos podía contarle lo que sea o hacer travesuras que siempre tenía su complicidad y respaldo, pequeñas cosas, y ella nunca me regañaba o se enojaba, poco a poco formamos un lazo de confianza y fidelidad que superaba la relación de madre e hijo, así tomé por costumbre irme a la cama de ella cuando escuchaba que mi padre se había ido a trabajar, le seguía pidiendo que me bañara y me paseaba en calzoncillos por la casa y delante de ella, siempre observando hasta donde mi madre me lo permitía, todo esto sucedía cuando estaba solo con ella. mientras pasaba el tiempo y yo iba creciendo, mi padre me había dicho que no podía continuar haciéndolo, que ya era grande, concepto moral adecuado en una familia tradicional, así que frente a él teníamos un comportamiento completamente adecuado madre e hijo.
 mi hermana cinco años mayor que yo estudiaba por las mañana y tres veces a la semana tenía materias extendidas, en esos días mama estába todo el día sola. mi madre apañándome a mi y desafiando a mi padre, me permitía que hiciera lo que quería, en tanto mi padre no se enterara. Así fue que ese día insitado por mi adolescencia cuando escuche que se fue mi hermana y ya estaba mi madre sola, me levante y fui a la cocina solo cubriéndome con una toalla, le dige que me estaba por bañar y que solo había bajado por agua, cuando tuve toda su atención en un movimiento deje caer la toalla ...

... quedando completamente en bolas frente a ella, mi madre sabía que todo era una excusa para que ella me vea desnudo, ella sonrió sabiendo mis intenciones, sonrió y dijo con ironia que le iba a contar a mi padre mientras reia, ella no se enojó y yo ya había logrado atravesar la línea de pudor que podía haber, luego de dar vueltas un rato y mostrarme frente a ella, viendo su reacción, ella entre risas y bromas miraba mi pene y su completa erección, contenta de la situación, luego de un rato fui a ducharme.   La relación de mis padres no era buena y yo me esforzaba por ser el pilar de apoyo de ella, lo cual mi madre valoró, haciendo que nuestro vínculo sea cada vez más fuerte. Basta de preámbulos y explicación…
Así inició nuestro fetiche de exhibicionismo. con la confianza y paso del tiempo mi madre ya no se cubría inmediatamente cuando yo entraba y ella aún se estaba cambiando, ni se apresuraba a vestirse si recién salía de la ducha, puesto que ya estábamos acostumbrados a vernos en ropa interior, mi madre siempre tuvo una cola hermosa, grande , blanca, carnosa y redonda, que mi padre a esta altura ya no le prestaba atención. Por su descuido Ella empezó a ser cada vez más receptiva a mis halagos y atenciones, viendo mi interés de hombre en ella, al sentirse valorada y deseada como mujer, cada vez llegábamos más lejos en nuestra relación íntima secreta, quedando mi padre en un segundo plano, lo cual para el fue un alivió para él ya que no era necesario pasar tanto tiempo con ella. ...