Mi vida secreta con mama - Relatos Eróticos

Mi vida secreta con mama

... y los acariciaba suavemente, mientras sonreía sabiendo que toda la atención estaba puesta en ella, y que ella dominaba la situación… con una voz muy lasciva me pregunto si yo me acordaba lo que mi padre le había hecho ese día. De un solo movimiento empecé a bajar su ropa para que aflore su desnudez, me arrodille a sus pies mientra iba bajando su pantalon y bombacha, así pude descubrir su hermosa cola blanca, suave y redonda, la cual no pude evitar besar y frotar con mi cara como un perro hambriento que busca alimento, cuando llegue hasta sus tobillos ella levanto cada uno de sus pies para que pueda sacar por completo sus prendas volteo y ahí tenía frente a mi lo más hermoso que había visto y deseado desde siempre, su peluda y oscura concha, delante de mis ojos, podía verla y hasta olerla,  se hacía realidad mi sueño, inmediatamente besé esa mata de pelo negro y húmedo ondulado, se podía oler y saborear los jugos de su excitación, desde allí la miré y pude ver en sus ojos como disfrutaba la situación, ella de un solo movimiento sacó su remera quedando ...

... completamente desnuda, yo me lebate y empecé a abrazar y manosear, no quería dejar ni un centímetro de su cuerpo sin acariciar, sus pezones erectos evidenciaban cuanto lo disfrutaba, yo quería ser su marido , su amante así que comencé a buscar si boca para besarla, los dos desnudos ardientes, manoseandonos y besandonos apasionadamente, mi falta de experiencia no me permitía saber como cogerla parada, así que fue ella quien se encargó de guiar la situación, agarro mi verga y comenzó a acariciarla suavemente para luego empezar a pajearme,  me pregunto si me gustaba lo que hacía, yo le respondí que era un sueño, me dijo que no me apuntara que íbamos a tener muchos días para disfrutar en la ausencia de mi padre, mientras aceleraba la paja, cuando sintió que iba a acabar me besó frenéticamente como una amante desenfrenada haciéndome acaba contra su estómago y chorreando hasta los pelos de su concha. Cuando termine, me dijo que si podía confiar en mi no se pondría nada de ropa hasta que vuelva mi padre… así fue el primer día de lo que sería la mejor experiencia de mi vida!