Nadia, mi encule persa 6
Fecha: 12/07/2018,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
Gracias a nuestros esfuerzos, pues sabíamos lo que encontraríamos en el futuro inmediato, Kashira, Nadia y yo nos colocamos entre los mejores diez de nuestras respectivas clases y eso nos daba la seguridad de seguir estudiando y prácticamente nos pagarían para estudiar. El día de nuestra graduación decidimos celebrarlo en aquel restaurante argentino donde habíamos celebrado nuestra sencilla boda, pues sabíamos que dejaríamos el área de San Francisco, pues los tres habíamos sido aceptados en una universidad en la ciudad de San Diego. Junto a la familia de Nadia, había llegado Pierre, el supuesto prometido de mi ahora esposa, también junto con sus padres, quienes se habían atravesado el atlántico desde Francia. Obviamente Kashira también compartía la misma mesa, la cual solamente era separada algún par de metros de donde se encontraba la mesa que yo compartía con mi familia.
Junto a mi madre, se había unido mi hermana mayor y su esposo, pero la sorpresa fue ver a mi abuelo paterno, quien vivía en nuestro país de origen y había volado en aquella semana para celebrar con su nieto de su graduación. Nosotros llegamos primero, así que nosotros hemos visto pasar cuando la familia de Nadia ha sido acomodada en sus respectivas mesas. Mi abuelo, que desde ese día olvido mi nombre y me comenzó a llamar licenciado, me dijo en voz baja cuando Nadia pasaba frente a nosotros: Licenciado, ¿usted ha visto a tan linda mujer? ¡A esa mujer la han mandado a hacer! Mire, que por una muñeca así, ...
... le aseguro que usted tendría otra abuela. – Mi abuelo parecía ser de esos hombres muy expresivos, en realidad no conocía mucho de él, pues no tengo muchas anécdotas que contar de mi abuelo, más que esta, además de saber que fue un militar de carrera ahora retirado.
Ambas mujeres llamaban la atención, pues ambas eran bellas, pero creo que la figura de Nadia era más sensual, sus líneas y curvas tenían una simetría al compás de la altura de su cuerpo. Ya por aquellos años conocía que sus hermosos pechos eran de talla 34D, pues yo me daba gusto quintándoselos y muchas veces lavándolos. Iba vestida con un atuendo regional de su país, y obviamente, como sus padres y su supuesta futura familia estaban presentes, su vestimenta era muy conservadora, e inclusive usaba una bufanda. Pensábamos que todo iba a pasar desapercibido, pero no contábamos que mi madre reconociera a Kashira, pues en su último año en la escuela cristiana al final de la preparatoria, mi madre había sido su consejera de grado:
—¡Kashira! Eres tu…¡Oh… y tu amiga Nadia! ¡Mira que sorpresa! – y mi madre le daba un abrazo a Kashira.
—¡Gusto de volver a verla Sra. Zena! – mientras Kashira tomándola de la mano hizo la presentación de rigor.
Fue la primera vez y única vez que estreché la mano de mi suegro, quien llevaba el nombre de Saeed, que significa “feliz”, y realmente parecía serlo, pero ese día que nos vimos a los ojos, creo que tenía ese vago presentimiento que al escuchar mi nombre “Tony”, se trataba ...