1. La amiguita de mi hijo es una loba feroz


    Fecha: 12/07/2018, Categorías: Gays Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... ebullición.
    
    Separó de mí, para poder vernos mejor, agitados, trastornados, el sexo excitado, como nunca. Posó una mano sobre él y se asombró gratamente ser culpable de la rápida reacción.
    
    —Papi, ¡qué bien!, ¡cómo te pusiste!
    
    —Nena, yo no soy de madera. Vos, la culpable de todo esto, ¡mira como me calentaste!!!
    
    —Sí, yo te puse al palo ¿no?
    
    Por suerte a esa hora, entre las sombras nadie nos vio, menos aún pudo escuchar que me hizo aceptar que solo me dejaría “tranquilo” en ese momento si prometía pasar por ella al día siguiente después del horario escolar.
    
    Con tal de zafar de un posible problema, aceptaba cualquier cosa, aunque en el regreso a casa esa promesa comenzó a acosarme en la parte más sensible de mí ser: el deseo.
    
    Dudé en ir a buscarla, pero tenía miedo que esta pendeja me acosara y se me viniera a casa, esa había sido una especie de velada amenaza, esto me estaba complicando la existencia, pero como contrapartida me gustaba a morir. Este era una de esas situaciones en que se debe optar entre el placer y la honestidad, pero bien sabido es que el pecado siempre triunfa sobre la virtud, este caso triunfo el placer del pecado. Zanjados mis problemas de conciencia, la cabeza de abajo decidió el curso de los acontecimientos. En cinco minutos estuve para buscarla. Subió y salí como una exhalación puse distancia del lugar, en el trayecto tenía decidido el sitio poco transitado para pegarle una buena “apretada”. Esta vez los dos estábamos con la pasión a ...
    ... flor de piel para dar rienda suelta a la calentura que nos consumía.
    
    —¡Qué bueno, otra vez estás al palo!
    
    Sin tiempo para nada, la muchacha derribó todas mis prevenciones y precauciones, abrió la bragueta, metió mano, liberó la verga del encierro forzado, con la soltura de quien está tocando lo que le pertenece, masajea, acaricia, seguridad y experiencia hablan de que no es una improvisada a la hora de excitar a un hombre. Sabe cómo y dónde aplicar la experiencia acumulada, controla y maneja a su antojo mis reacciones, los pocos años sucumben por la mucha experiencia.
    
    —¡Qué gorda y caliente!, ¡ahhhh! –le hizo efecto el contacto, por un momento llegué a pensar que nada la conmovía.
    
    Fue lo último que le escuché, la metía en la boca. Hacía los honores y comenzó la deliciosa mamada. La situación era tórrida, yo no podía concentrarme demasiado, mirar para todos lados, inquieto de que pudieran vernos mientras ella hacía su faena. La adrenalina por el peligro, era un nuevo ingrediente, que eleva el morbo de la relación bucal con esta preciosura.
    
    Mamó como nunca me mamaron, calidad y cantidad de movimientos bucales increíbles. La acabada llegó urgente y perentoria, ni siquiera pude ponerla sobre aviso, sus ojos fijos en los míos y el rostro encendido eran datos fehacientes que disfruta su labor. Siguió chupando hasta asegurarse que no me quedaba más leche calentita. Retiró mi carne de la boca, se relamió el resto, había tragado todo. Otro detalle para mencionar fue que ...